Los responsables de la maltrecha central nuclear de Fukushima-1 han informado de un vertido de agua radiactiva, el segundo en los tres últimos días, de nuevo en uno de los tanques subterráneos de almacenamiento. La Compañía de Energía Eléctrica de Tokio (TEPCO, por sus siglas en inglés) ha asegurado que el agua que se ha vertido es "muy poca" y ni siquiera se plantea trasvasar el resto del agua del tanque dañado a una nueva ubicación, según recoge la agencia de noticias japonesa Kiodo.
También se han detectado sustancias radiactivas en el agua acumulada alrededor de los tanques, que miden 60 metros de largo y 53 de ancho, y se encuentran enterrados a 6 metros de profundidad del suelo cubiertos por tres láminas impermeables. En esos tanques, TEPCO almacena cerca de 13.000 metros cúbicos de agua contaminada que, tras sospechar su filtración, la operadora ha comenzado a transferir este mismo domingo a otros tanques auxiliares en un proceso que se prolongará durante cerca de dos semanas.
Este nuevo incidente ocurre después de que el viernes por la noche se produjera otra fuga en otro de los siete depósitos subterráneos de agua radiactiva que alberga la central. Entonces se filtraron a tierra unas 120 toneladas de agua, según TEPCO. Desde el inicio de la crisis nuclear, en diversas ocasiones la operadora ha reportado la filtración de agua contaminada proveniente de la planta tanto al mar frente a la central como al exterior, con lo que las autoridades realizan pruebas periódicas para analizar el impacto.
La central de Fukushima-1 fue el escenario del peor accidente nuclear desde la explosión de la central de Chernobil, en Ucrania, en 1986. En esta ocasión el accidente fue provocado por el terremoto y posterior tsunami ocurrido el 11 de marzo de 2011.
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