Si hay una institución en boca de todos estos días en España es el Banco Mundial. Gracias al exministro José Manuel Soria y los afanes indiscretos del Gobierno de Rajoy por darle un cargo en el organismo, el Banco Mundial se ha convertido en sinónimo de nepotismo, el premio inaudito para un gobernante que salió del Ejecutivo por la puerta de atrás, arrastrando el fardo de una gran mentira, y que quiere volver a la vida activa por la puerta grande, como un estadista de prestigio.
El Banco Mundial es un destino goloso para cualquier político o exmandatario que quiera prolongar unos años más su carrera. Soria, "como cualquier funcionario", según palabras del presidente Mariano Rajoy, opta a un cargo en una institución donde hay tortas para acceder. ¿Quieres ser como Soria y poder acceder a un puesto en el Banco Mundial? ¿No eres Soria ni tampoco "funcionario"? No importa. Vacantes hay –bastantes–, y las reglas para posturlarse así como las instrucciones para mandar el CV son claras y accesibles.
La web del Banco Mundial advierte de que todos los años reciben multitud de currículums: si tu país de origen no pertenece a la institución, no te esfuerces, no podrás optar a ninguno de los puestos ofertados
Como todas las empresas, el Banco Mundial se vende a sí mismo como un lugar sinigual donde trabajar "para reducir la pobreza, promover la educación, mejorar la salud" y hasta "cambiar el futuro de personas y naciones enteras". Si con esa breve descripción ya te han ganado, lo siguiente sería leer más a fondo las condiciones (la descripción de cada puesto es muy técnica y profusa), ver si encajas en algún sitio, optar al puesto... y cruzar los dedos.
Para rebajar el optimismo de los candidatos, la propia web del Banco Mundial advierte de que todos los años reciben multitud de currículums, por lo que solo hacen caso de aquellos que vayan dirigidos a un puesto de trabajo concreto que actualmente ellos oferten. Lo primero, parece lógico, es que el país de origen de la persona que quiera trabajar en el Banco Mundial pertenezca al Banco Mundial (si tu país es Corea del Norte, mala suerte); lo segundo, tener entre 18 y 60 años; lo tercero, estar atento a las fechas de apertura y finalización de las plazas vacantes: no todas tienen la misma y mandar el CV fuera de tiempo lo invalida instantáneamente.
A partir de ahí, el candidato o candidata debe solo seguir los cuatro pasos perfectamente indicados en las instrucciones de la institución para mandar su CV. El primer paso, consultar la lista de vacantes; el segundo, registrarte en el sistema (que te permitirá seguir el estado de tu candidatura así como acceder a diferentes servicios del BM como la librería de imágenes y las newsletters); el tercer paso, rellenar la información relativa a Educación, trayectoria profesional, intereses, idiomas, etc. El cuarto paso es esperar. Una vez enviados todos tus datos, el Banco Mundial realiza un proceso de criba –esa que, todo indica, el exministro Soria y el Gobierno de España se han saltado– y si eres elegido, te lo notificarán por email. Ahí comenzará el verdadero proceso de selección…
Vacantes e incompatibilidades para evitar el nepotismo
Actualmente, y según su página web, hay más de 60 ofertas públicas de empleo para trabajar en el Banco Mundial. Los destinos son variados, casi siempre en Washington DC –donde está la sede principal del organismo–, pero también Kuwait, India, Perú y Singapur. ¿Las ofertas? Para todos los gustos y especialidades. Desde informáticos, pasando por economistas senior a especialistas en Medio Ambiente. Eso sí, aunque las ofertas son públicas y se pueden consultar libremente, en ninguna de ellas se informa del sueldo. ¿Rondarán los suculentos 226 mil euros anuales del puesto de Soria?
Por otro lado, no todo el mundo que quiera puede trabajar en el Banco Mundial. No solo es el CV, la experiencia o los estudios los que marcan esa brecha entre privilegiados o no, también –y en aras de evitar lo máximo posible los tratos de favor– la institución limita la entrada en el staff a personas relacionadas con trabajadores de la casa. Esta limitación –destinarles por ejemplo a unidades diferentes en el caso de familiares lejanos– se torna prohibición para parentescos muy cercanos. Nada se dice, eso sí, de exministros que dimitieron por su relación, cercana o lejana, con paraísos fiscales.
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