Los escoceses son parte del Reino Unido y, a pesar de su fallido ensayo independentista, las principales fuerzas políticas británicas desean que sigan siéndolo. Esa es la idea que el ex primer ministro británico Gordon Brown, pilar fundamental en la victoria del no a la independencia del pasado jueves, ha querido transmitir este sábado a la población de su Escocia natal. "Volvamos a ser una nación unida", ha pedido el líder laborista en un acto en Fife, en el este de la región, donde ha invitado a los asistentes a pensar "en nosotros mismos no como escoceses a favor del sí o del no, sino únicamente como escoceses".
Brown, cuyo papel en las últimas semanas de campaña antes del plebiscito habría sido clave para la victoria del no, ha precisado que tanto él como los líderes de los principales partidos han firmado ya una "resolución" con la que se comprometen a cumplir con el calendario para la entrega de más poderes a Escocia. Y ha insistido en la necesidad de seguir trabajando por la unidad de la región.
Ese compromiso con Escocia será presentado el lunes en la Cámara de los Comunes y ha sido firmado por el propio Brown, por el primer ministro británico, David Cameron, por el líder de la oposición laborista, Ed Miliband, y por el viceprimer ministro, el liberaldemócrata Nick Clegg. El documento incluye la redacción de un borrador de ley sobre la autonomía de Escocia que deberá estar listo para finales de enero.
"Hay un momento para la lucha pero hay un momento para la unidad", ha expresado Brown, parafraseando un pasaje bíblico, apelando a los partidarios de la secesión a analizar la propuesta de mayores poderes "objetivamente". "Hay un poder compartido, recursos compartidos y un deseo compartido", en alusión a la intención de Reino Unido de seguir contando con Escocia y con los escoceses tras el resultado de ayer. "Es el momento de que Escocia se una", concluyó.
El que fuera primer ministro entre 2007 y 2010, en sustitución de Tony Blair, explicó que los funcionarios ya están trabajando en el calendario concreto para entregar poderes a Edimburgo, según el cual la Cámara de los Comunes debatirá el 16 de octubre las propuestas de traspaso de competencias antes de que se trabaje en el borrador de la legislación.
Gordon Brown no ha sido el único dirigente que ha tendido la mano a Escocia tras su desliz independentista. El viernes, horas después de conocerse el resultado de la votación, la reina Isabel II manifestó que el "amor por Escocia" es lo que mantiene unidos a los británicos. "En Escocia y en otras partes, hoy habrá sentimientos intensos y emociones confrontadas", escribió la reina en un comunicado, en el que aseguraba: "Conociendo a los escoceses como les conozco, no tengo duda de que ellos, así como otros en el resto del Reino Unido, son capaces de expresar opiniones contundentes y después reunirse otra vez en un espíritu de respeto mutuo".
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación