Greta Thunberg ha sido detenida este martes en Alemania tras participar en una protesta contra la expansión de una mina de carbón abierta Lützerath (Alemania). La Policía alemana anunció el desalojo del pueblo minero, en el que estaban concentrados cientos de activistas climáticos desde hace días con el objetivo de evitar el derribo de viviendas de varios vecinos que debían abandonar la localidad para la ampliación de la mina de carbón a cielo abierto.
La joven se trasladó al campamento instalado en la pequeña aldea alemana el pasado viernes, para ser detenida junto a otros activistas climáticos. El sábado cientos de personas iniciaron una marcha que acabó en enfrentamientos con la policía dejando varios heridos y detenciones.
Fuentes policiales confirmaron que Thunberg estaba entre el grupo de activistas que este martes se adentraron en la zona de la mina de Garzweiler y que fueron desalojados del lugar, según informaciones de la televisión pública regional WDR.
La policía justificó ese desalojo en que permanecer en ese lugar era peligroso, por lo que se procedió a llevarse una a una, en volandas, a las personas que participaban en la acción de protesta.
Según ese medio, tanto a Thunberg como al resto de activistas se les transportó unos 50 metros fuera del lugar y se procedió a controlar sus documentos de identidad.
La población de Lützerath quedó acordonaba tras demolerse sus casas, granjas y construcciones de madera en que durante varios días centenares de activistas se resistieron a su desalojo, en medio de un fuerte despliegue policial.
Las protestas en varios lugares del estado occidental de Renania del Norte-Westfalia se producen después que los últimos activistas escondidos en un túnel debajo del pueblo en el que se pretende hacer la obra minera. Entre los actos que se han celebrado esta semana destacan como varios participantes se pegaron a una calle principal en la localidad de Colonia y también a un edificio gubernamental en Düsseldorf.
Desde el gobierno del canciller Olaf Scholz ha condenado este martes los actos de resistencia mantenidos el fin de semana, que según el Ministerio del Interior llegó a ser violenta y obstaculizó la labor de los equipos sanitarios.
Denuncia de los manifestantes
Desde los movimientos medioambientales convocantes se ha asegurado, por otro lado, que la policía actuó con una contundencia desproporcionada, incluidos golpes de porras en la cabeza contra los activistas.
El operativo policial se inició a finales de la semana pasada y el mismo viernes se habían desalojado todos los edificios de la población ocupados en los días precedentes por activistas.
Sin embargo, quedaban varios grupos de personas repartidas en unas 35 construcciones de madera instaladas en los árboles y otros lugares de la zona.
El sábado, una amplia alianza de organizaciones contrarias a la extracción de lignito y a la demolición de Lützerath celebró una marcha en la que participó ya Thunberg.
Al margen de la marcha pacífica, grupos de manifestantes trataron de burlar las barreras policiales para acceder al pueblo acordonado y al borde de la mina a cielo abierto, por lo que la policía hizo uso de cañones de agua, gas pimienta y porras, y llevó a cabo doce detenciones.
Desde la policía se defendió esa actuación y argumentó que burlar las barreras policiales no tiene nada que ver con una protesta pacífica, sino que es una manera de buscar de manera deliberadamente la confrontación.
La mina, objeto de las protestas, es una de las más grandes de Europa, por lo que el Ejecutivo alemán ha aprobado su ampliación en el contexto de una crisis energética que atraviesa Alemania después de que Rusia cortara el suministro de gas. Los que defienden la importancia de recriminar el uso de este tipo de energía, entienden que las reservas actuales de lignito son suficientes.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación