Aquel fatídico 7 de octubre de 2023 cuando el grupo terrorista de Hamás atacara varios puntos de la frontera con Israel. En la ofensiva, conocida como la Operación Inundación de Al-Aqsa, realizada el día Simchat Torah, uno de los principales festivos para comunidad judía, los habitantes de más de 20 municipios cercanos a la Franja de Gaza despertaron temprano ese día con alarmas, disparos y explosiones que auguraban la llegada de la peor de las pesadillas para los israelitas: de nuevo, el enemigo había traspasado la frontera.
Esta invasión fue la gota que colmó el vaso del Gobierno de Israel, quien comenzó una sangrienta ofensiva contra el grupo terrorista afincado en la Franja pero que se ha llevado por delante la vida de miles de civiles. Es más, la propia guerra entre Israel y Palestina lleva en su espalda un alto número de víctimas (civiles), conflicto que comenzara en 1948 (la Guerra de Independencia) cuando tras la rápida salida de las tropas británicas de lo que ya era su mandato, soldados sirios, egipcios, iraquíes, libaneses y transjordanos, apoyados por voluntarios de Libia, Yemen y Arabia Saudí realizaron una ofensiva contra el recién autoproclamado estado israelí a fin de expulsar y eliminar a todos los judíos 'desde el río hasta el mar'; desde el río Jordán hasta el mar Mediterráneo. Pero lo firmado entre febrero y julio de 1949 con los países invasores fueron armisticios, o lo que es lo mismo, la suspensión de las hostilidades ente las partes; lo que significa que el proceso de paz es una tarea pendiente entre Palestina e Israel.
El mundo se revuelve y se convierte en un lugar más violento, comparándolo con los primeros años de este siglo. Desde que se avivara la disputa entre gazatíes y judíos la guerra copa titulares, reportajes e informativos, extendiéndose incluso a las conversaciones entre amigos y familiares, pero existen más conflictos armados a gran escala, dejando de lado Ucrania, guerra que ha vuelto a los titulares aunque durante meses estuvo eclipsada por la invasión israelí a Gaza. Y es que el factor de cercanía puede ser la razón por la que Ucrania e Israel son guerras todavía presentes en los titulares, eso y los efectos que ellas pueden llegar a producir en Europa, como la crisis que hubo después de que Vladimir Putin cerrara los gaseoductos que preveían de gas natural a Centroeuropa (Alemania principalmente).
Yemen, Sudan, Myanmar, Burkina Fasso, Somalia, Nigeria y Siria; siete escenarios donde hay guerras abiertas que están relegados a un segundo plano por la guerra en Israel. Siria, apenas 300 kilómetros separan su capital de la de Israel, y después de años sin salir de las cabeceras y los debates ya es una guerra olvidada. En ese mismo área geográfica, Yemen, solo dos países lo dividen de Israel y apenas se conoce que lleva ocurriendo desde 2014.
1. Yemen
21 de septiembre de 2014, una milicia, totalmente desconocida y subestimada por Occidente, los hutíes, asaltan la capital del país, Saná. Exigen al presidente del Gobierno, Abdelrabbo Mansur Hadi, una mayor participación de la comunidad religiosa chiita en la toma de decisiones. Finalmente, tras el sitio de la capital, tres meses más tarde, en enero de 2015, el líder del Ejecutivo yemení dimite. La comunidad internacional desatendió lo sucedido en el país de la península arábiga viendo esta crisis nacional como una pelea tribal de sublevados en chilaba y chanclas. Las protestas se remontan al verano de 2014, cuando una oleada de protestas alentadas por la extendida Primavera Árabe estalla en el país.
Tras la toma de la capital de Yemen, los guerrilleros chiitas, obligaron al gobierno a huir del país. Una pequeña coalición liderada por la vecina Arabia Saudí (de mayoría suní, rama del islam a la que pertenecía el derrocado presidente y a la que pertenece gran parte de la población yemení) y apoyada por Estados Unidos y el Reino Unido reaccionó, no siendo suficiente ya que ocho años han pasado desde que estallará la guerra civil y no han conseguido que los rebeldes hutíes salgan de Saná.
Las hostilidades entre ambas partes llegaron a disminuir en 2022 cuando los dos bandos acordaron un alto al fuego de seis meses de duración y que contó con la mediación de las Naciones Unidas. Pero han crecido los reportes que indican la paralización de las negociaciones de paz entre saudíes y hutíes que se suma a la intervención de los Emiratos Árabes Unidos quienes apoyan un movimiento separatista que aboga por la independencia de la zona sur del país.
Esta guerra ha causado la muerte de 300.000 civiles según la ONU y sin previsión de que finalice la suma de fallecidos irá creciendo.
2. Siria
La vecina de Israel cumple ya 13 años de guerra desde que el 15 de marzo de 2011, cuando una manifestación masiva estalló en Damasco, la capital del país; las protestas originadas en el norte de África desembocaron en Siria en forma de una guerra fratricida que según la Organización de Naciones Unidas en un reporte publicado en mayo de 2023 estimaba que para 2022 unos 306.887 civiles habrían perdido la vida y también estima en casi siete millones los desplazados y algo más de cinco millones los refugiados, cifras actualizadas hasta agosto de 2023.
Las protestas en Damasco pedían al gobierno reformas en todo tipo de ámbitos pero el gobierno de Bashar al-Assad respondió con una ola de represión violenta que en la sureña ciudad de Daraa acabó por saldarse con la muerte de varias docenas de manifestantes.
Las semanas siguientes el Gobierno sirio impulsó una combinación de concesiones a los manifestantes con creciente ola de represión que se saldó con las muertes de aun más personas. Al mismo tiempo, la comunidad internacional sumaba cada vez más sanciones al gobierno de al-Assad. A raíz de la creciente represión, los diferentes grupos opositores se agruparon en milicias armadas para hacer frente al Gobierno, formalizando su campaña contra al-Assad con la toma de territorios, dando así comienzo a la guerra civil que hasta día de hoy perdura.
3. Myanmar (Birmania)
Myanmar, otra pugna interna por el poder. El Tatmadaw (o lo que vienen a ser las fuerzas armadas) y su costumbre de paralizar la democratización del país, algo que llevan haciendo las últimas décadas, además de eliminando disidentes y practicando la táctica de tierra quemada con las minorías expulsándolas o masacrándolas. En 2021, tras las elecciones generales llevadas a cabo en noviembre del año anterior, los soldados invalidaron esos comicios a fin de para la aplastante victoria del partido Liga Nacional para la Democracia, liderado por la Premio Nobel de la Paz Aung San Suu Kyi arrestada por fraude electoral.
En medio de las protestas en la capital, Naypytaw, por la invalidación de las elecciones, el general Min Aung Hliang tomó el poder y comenzó una ola de represión hacia los contrarios al régimen militar. ¿La respuesta de Aung Hliang? La brutal muerte de centenares de manifestantes durante las protestas, centenares de personas fueron asesinadas lo que dio lugar al conflicto abierto.
Las Naciones Unidas, a través de investigadores independientes, cifran en 13.000 los niños fallecidos y 1.3 millones de personas desplazadas. Birmania no solo ha tenido la constante intervención de la cúpula militar en su esfuerzo democrático, y es que desde 1950 varios grupos de insurgentes han operado en el país, hecho que ha empeorado con el golpe de Estado de hace tres años, radicalizando estos grupos y aumentando la violencia ejercida con el fin de derrocar el régimen militar de Aung Hliang.
4. Nigeria
Este país africano es posiblemente la excepción a la regla, no por la falta de conflicto en su territorio, más bien por la naturaleza del mismo. Nigeria es el escenario donde actúan grupos organizados, lo es así desde que se independizara en 1960. Actualmente, la batalla se libra entre las fuerzas gubernamentales, Ejecutivo presidido por Bola Tinubu, y grupos islamistas radicales que buscan hacerse con el control de territorios en varios estados del país.
El principal grupo que asola el país son los fundamentalistas de Boko Haram, adscritos desde 2015 al Estado Islámico que opera en Oriente Medio. Los terroristas atentan constantemente contra la población civil; el ataque más sonado fue el secuestro de 276 alumnas de una escuela femenina de Chibok. A día de hoy quedan 98 niñas cautivas del grupo islamista. Cinco años más, en 2020, los terroristas de Boko Haram reivindicaron otro secuestro, esta vez en una escuela de secundaria en Kankara en el estado de Katsina al norte de país. También, el 9 de junio de 2020 el grupo armado de Boko Haram asesino a casi 70 personas en la aldea de Faduma Koloram en la provincia de Borno y en 2021 atacaron la base de la ONU en Dikwa.
5. Sudán
Aproximadamente seis millones de personas han sido obligadas a abandonar sus hogares desde que comenzara la guerra en abril de 2023. Una guerra que estalló cuando comenzaron los combates entre las Fuerzas Armadas de Sudán (FAS) y las Fuerzas de Apoyo Rápido (FAR), una milicia paramilitar establecida en 2013 y que originalmente se constituyó como una fuerza de seguridad leal al expresidente Omar al-Bashir para luchar contra combatientes rebeldes en la región occidental de Darfur. El conflicto abierto empezó con los ataques de las FAR a las instituciones gubernamentales y solo seis meses más tarde la guerra ya se había llevado por delante a 9.000 personas, según la ONU. Según la organización internacional, cerca de 25 millones de personas dependen de ayuda humanitaria internacional, siendo cifras de 2023.
6. Somalia
El país del cuerno de África tiene la consideración de estado fallido y es que desde la década de los 90, Somalia está envuelta en una ola de violencia de la que no puede salir. Grupos armados luchan contra el gobierno socavando su legitimidad ante la población civil quien no puede proveerles de las necesidades básicas. Con la entrada del nuevo siglo la situación empeoró para el país africano y la formación de un nuevo grupo terrorista que se aliaría con Al Qaeda, Al Shabaab. Estos radicales islámicos combatirían contra el estado somalí, con el fin de derrocarlo e imponer un nuevo régimen basado en las leyes del Corán. El gobierno de Somalia está respaldado por la Unión Africana y los países occidentales pero sin éxito es capaz de mantener al margen a los terroristas de Al Shabaab.
Sumado a la pugna por el poder, Somalia es la base de operaciones para la piratería en la costa occidental de África complicando la situación más al débil Ejecutivo y minando su imagen a la población civil, que siendo ayudados por estos grupos radicales buscan refugio en ellos y no en su gobierno legítimo.
7. Burkina Fasso
Nuevamente los grupos terroristas son el foco de tensiones para un país. Desde 2016, Burkina Fasso es objeto de ataques por grupos insurgentes islamistas. El más conocido, también adscrito a Al Qaeda y la rama del Sahel del Estado Islámico como otros ya mencionados, Ansarul Islam.
La situación era tan complicada que incluso en 2022, con el fin de acabar con la amenaza islamista en el territorio, militares tomaron el poder a través de un golpe de Estado.
Según la organización no gubernamental ACLED (El Proyecto de Datos de Eventos y Ubicación de Conflictos Armados por sus siglas en español) cifraba a principio de 2024 en más de 8.000 las víctimas de esta guerra, mientras que los desplazados suman más de dos millones por los conflictos contra estos grupos insurgentes y se suman por miles aquellos que sufren hambre extrema, según las Naciones Unidas, quienes no ven posible que el gobierno de Burkina Fasso pueda llegar a triunfar contra los grupos islamistas.
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