El grupo islamista palestino Hamás llamó a los habitantes de Cisjordania a manifestarse este viernes para "escalar el conflicto" con Israel, después de que el Ejército israelí asegurara haber matado a uno de sus líderes en un bombardeo contra un campo de refugiados con al menos 18 fallecidos.
"Hacemos un llamamiento al pueblo de Cisjordania para que salga a la calle en todas las provincias con muestras masivas de ira, para que trabaje en la escalada del conflicto y la confrontación con la ocupación", señaló el ala militar de Hamás, las Brigadas al Qassam, en un comunicado.
La organización subrayó la "necesidad de movilizarse" este viernes, al tiempo que calificó el ataque de ayer en el campamento de refugiados de Tulkarem de "una peligrosa escalada".
Según el Ejército israelí, en el bombardeo murió el comandante de Hamás en Tulkarem, identificado como Zahi Yaser Abdel Razaq Awfi, y "otros miembros destacados" del grupo, un líder que planeaba llevar a cabo una "operación terrorista" dentro de Israel de manera "inminente".
El Ministerio de Sanidad palestino informó de que al menos 18 personas murieron este jueves y varias resultaron heridas en un ataque aéreo israelí contra el campamento de refugiados, mientras que la agencia de noticias palestina Wafa afirmó que el bombardeo tuvo lugar contra una cafetería.
El Gobierno palestino apela a la comunidad internacional
El Gobierno palestino se pronunció sobre el ataque, que calificó como un "atroz crimen", pidiendo a la comunidad internacional e instituciones humanitarias y de derechos humanos que tomen medidas inmediatas contra Israel.
"Esta masacre viene a confirmar que a Israel no le importan las decisiones internacionales y actúa como una fuerza criminal por encima de la ley", denunció en un comunicado en referencia a la decisión de la Corte Internacional de Justicia del pasado 19 de julio, según la cual la ocupación israelí de Cisjordania es ilegal.
La formación laica Fatah, a cargo de dicho Gobierno y de forma paralela, culpó al "sistema de ocupación colonial" de Israel de la masacre, que tildó de "limpieza étnica", y demandó también la actuación de la comunidad internacional.
En paralelo, el Ejército israelí continuó bombardeando en las últimas 24 horas objetivos de la milicia chií Hizbulá en Beirut, incluido su centro histórico por segunda vez en un año de enfrentamientos.
Estos ataques causaron al menos nueve muertos, aunque las autoridades libanesas no descartan más víctimas, mientras los enfrentamientos continúan en la frontera entre ambos países.
El grupo chií libanés Hizbulá afirmó por su parte que ha matado a un total de 17 soldados israelíes durante la jornada del jueves, marcada por nuevos enfrentamientos en la frontera y las dificultades para las tropas de Israel de avanzar en el sur del Líbano.
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