La incertidumbre es el factor común en el ámbito político, económico y social en Venezuela. El recién fallecido presidente Hugo Chávez, terminó su mandato autorizando la quinta devaluación del Bolívar en una década. En febrero de 2013, la moneda local se devaluó un 32%. En el mercado paralelo o mercado negro, el valor del dólar es cuatro veces mas caro.
Las empresas extranjeras se verán afectadas por la devaluación. La estadounidense Colgate-Palmolive, estima pérdidas de 120 millones de dólares para el primer trimestre. Y la misma suerte correrán otras empresas españolas como Telefónica, BBVA y Repsol, que verán mermados sus ingresos cuando intenten cambiar la cifra de sus ganancias a dólares.
En Venezuela, el país con la inflación más alta de la región, los comerciantes vaticinan un nuevo repunte de los precios de los productos. El Índice Nacional de Precios al Consumidor (INCP) cerró 2012 en un 20,1%. De esta forma, quintuplica el promedio de inflación de los países vecinos.
El Banco Central de Venezuela espera una inflación de entre el 14% y 16% para 2013, pero el FMI lo cifra en un 28,8%.
Mientras, el presidente del Banco Central de Venezuela (BCV), Nelson Merentes, espera una inflación promedio entre 14% y 16% para 2013, el FMI destaca que la inflación venezolana podría cerrar el 2013 en un 28,8%.
Quien asuma las riendas del país deberá enfrentar una situación económica cada vez más golpeada por la devaluación, la alta tasa de inflación, el fuerte gasto público y retroceso en el PIB. En esta nueva Venezuela sin Chávez, el que ha sido el motor financiero del país, la empresa estatal petrolera, Petróleos de Venezuela (PDVSA) ha aumentado su endeudamiento. En 1998, la deuda financiera de PDVSA era 7.100 millones de dólares. Hoy, es casi 6 veces más. Y las perspectivas son que superen los 45.000 millones en el 2013.
Venezuela es cada vez más dependiente de las exportaciones petroleras. Durante 14 años, el gobierno de Chávez aseguró que incentivaría el sector productivo del país. Sin embargo, de las exportaciones totales, el 95% las produce PDVSA. Ahora el país necesita poner en marcha su aparato productivo para diversificar la economía.
El control del déficit dependerá de la gestión del gasto social
El crecimiento en 5,2% del Producto Interno Bruto (PIB) durante el tercer trimestre de 2012, tiene su relación con un fuerte del gasto público y un programa de construcción de viviendas ofrecido por Chávez, durante el año de los comicios presidenciales.
El rumbo político y económico que podría tomar Venezuela es incierto. El futuro del déficit dependerá de cómo se administre y se optimice el gasto social, si no, la inflación seguirá destruyendo el valor del Bolívar. Las decisiones económicas del nuevo presidente repercutirán en los países que mantienen una fuerte relación comercial con Venezuela.
En un plazo de 30 días se debe convocar elecciones presidenciales, según la constitución de Venezuela.
(*) Armando Vargas es periodista venezolano.
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