La amenaza de una intervención china en Taiwán ha hecho saltar todas las alarmas, pese a que los expertos la consideran altamente improbable. El Gobierno chino interpreta la visita de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, a Taiwán, como una acción "temeraria y provocadora". Las represalias por parte de Pekín no se han hecho esperar; el último anuncio de Pekín refleja el pico de tensión alcanzado en la zona: según el 'Global Times', instrumento de propaganda del régimen chino, los misiles chinos sobrevolarán Taiwán durante los ejercicios militares que China realizará entre el 4 y el 7 de agosto alrededor de la isla.
El escenario no es nuevo: la amenaza de una intervención china en Taiwán, que Pekín considera una provincia más bajo su soberanía a pesar del discurso secesionista taiwanés y del apoyo mostrado por Estados Unidos y la Unión Europea, lleva años encima de la mesa. Por otra parte, Taiwán ha aumentado la compra de armas a Washington desde hace años. En este contexto, la gran pregunta es si EEUU intervendrá militarmente si China invade Taiwán.
El Acta de Relaciones de Taiwán, firmada por el expresidente norteamericano Jimmy Carter en 1979, no garantiza que Estados Unidos vaya a intervenir militarmente si la República Popular China invadiese la isla, pero tampoco lo descarta. Tras casi tres décadas de ruptura entre Washington y Pekín, Estados Unidos reconoció oficialmente a China en 1979, iniciando relaciones oficiales con el gigante asiático y congelando sus relaciones con Taiwán.
Con este acuerdo, la Administración Carter dejó la soberanía de la isla nacionalista en manos de Pekín. El nuevo rumbo de Estados Unidos empezó a idearse durante la presidencia de Nixon, que junto al estratega Zbigniew Brzezinski, diseñó la hoja de ruta a seguir respecto a China. El acercamiento entre ambas potencias propició que Washington aceptara la ruptura de sus relaciones con Taipéi, la retirada militar de territorio taiwanés y la firma del Tratado de Defensa Mutua con China. A cambio, el Gobierno chino se comprometió a no invadir la isla.
El acuerdo de 1979 establece también que Estados Unidos tiene que proporcionar a Taiwán los medios para defenderse, lo que explica el trabajo de la Administración estadounidense en una vía de acercamiento con el Gobierno taiwanés. Mientras, Pekín ha amagado en varias ocasiones con una intervención militar para unificar por la fuerza -lo que ellos consideran como una provincia rebelde- a su territorio.
Posición de la comunidad internacional
Washington no es el único que acepta este acuerdo: actualmente 179 países cogen el principio de “una sola China” que sostiene que solo hay un gobierno legítimo, el de Pekín, mientras que solo quince mantienen relaciones diplomáticas con la isla, como Paraguay, Guatemala, Honduras o Ciudad del Vaticano.
El Ejecutivo de Biden ha ofrecido varias declaraciones en los últimos meses advirtiendo de las posibles consecuencias si China, finalmente, invade territorio taiwanés, lo que ha hecho pensar a muchos que ante tal escenario, el ejército estadounidense se involucraría en el conflicto. Sin embargo, algunos observadores entienden que el apoyo de EEUU es figurado y que el compromiso que existe sobre el papel descartaría el visto bueno de la Casa Blanca para una intervención militar.
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