El conflicto Iraquí ha generado el interés del rey Abdalá bin Abdelaziz, de la monarquía suní de Arabia Saudí, para donar la cantidad de 500 millones de dólares a razón de ayuda humanitaria al pueblo iraquí, cuyo gobierno está dirigido por el chií Nuri al Maliki, y que sufre la agresión de los insurgentes suníes y grupos extremistas.
El conflicto ya cuenta con más de un millón de desplazados y más de 2.400 muertos en las últimas semanas según la ONU, a lo que el embajador saudí en Washington, Adel al-Jubeir, ha expresado en una entrevista a ‘The New York Times’ que la ayuda será distribuida a través de las Naciones Unidas sin discriminar por etnia o religión.
Los dos gobiernos han cruzado acusaciones de fomento del sectarismo y el terrorismo desde el inicio del enfrentamiento en el territorio que se ha visto inmerso en una grave crisis por el avance de grupos insurgentes, liderados por el Estado Islámico, que controlan amplias zonas del norte, centro y oeste del país, según informa EFE.
Según un comunicado, el Ministerio saudí de Asuntos Exteriores ya ha informado a la ONU de esta ayuda, que no pasará por las manos del Gobierno iraquí.