El Gobierno de Irlanda del Norte ha decretado el cierre de colegios y bares para contener el repunte de caso de coronavirus, después de que el territorio británico haya registrado en apenas una semana más de una cuarta parte de los casi 22.000 contagios detectados durante toda la pandemia.
A partir del viernes, los restaurantes solo podrán ofrecer servicios para llevar y a domicilio, mientras que en el caso de las escuelas la medida implicará prolongar las vacaciones que habitualmente tienen los alumnos en esta época del año.
La ministra principal norirlandesa, Arlene Foster, ha admitido que hay una "transmisión limitada" en los centros educativos, pero considera que hay "otros problemas" relacionados con las clases como pueden ser los accesos o el transporte y que es necesario "minimizar riesgos".
Límites a las reuniones
"Muchas de estas decisiones tendrán un enorme impacto. Pretendemos que sea una intervención limitada", ha declarado Foster ante los diputados, defendiendo que es necesario tomar medidas ante el aumento de los ingresos graves en los hospitales y el creciente número de fallecidos.
Entre las restricciones aprobadas también figuran límites a las reuniones, a un máximo de dos hogares y diez personas, así como prohibiciones al deporte en interiores y límites a la asistencia en bodas y funerales. Los supermercados deberán dejar de vender alcohol después de las 20 horas.
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