El Gobierno de Israel ha ordenado este miércoles el despliegue de mil soldados para reforzar las capacidades de la Policía tras los tres atentados ejecutados en el país durante la última semana, que se han saldado con al menos once muertos. El ministro de Defensa israelí, Benjamin Gantz, ha recalcado que el principal objetivo será localizar a posibles atacantes en redes sociales, impedir entradas irregulares en Israel y controlar la venta ilegal de armas, según ha informado el diario 'The Times of Israel'.
Asimismo, ha recordado que tras el ataque de la semana pasada en Bersheeba, que se saldó con cuatro muertos, un total de doce batallones fueron enviados a Cisjordania y que otros dos fueron enviados a la Franja de Gaza para reforzar la seguridad.
El primer ministro israelí, Naftali Bennett, afirmó a última hora del martes que el país "hace frente a una oleada de terrorismo árabe". "Las fuerzas de seguridad están trabajando. Combatiremos el terrorismo con persistencia, diligencia y puño de hierro", dijo. "No nos moverán de aquí, Prevaleceremos", zanjó.
Por su parte, el presidente de la Autoridad Palestina, Mahmud Abbas, condenó el ataque en Bnei Brak y argumentó que el asesinato de civiles palestinos e israelíes "sólo llevará a un mayor deterioro de la situación", mientras que el Movimiento de Resistencia Islámica (Hamás) y Yihad Islámica aplaudieron el atentado, sin llegar a reclamar su autoría.
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