Tras casi un mes de hostilidades la calma ha vuelto –quizás para quedarse- a las ciudades de Israel y Gaza. La propuesta egipcia, nación musulmana más poderosa y en paz con el estado judío desde 1979, fue aceptada por ambas partes. Más allá de la tragedia humana que representan las víctimas civiles, cuya responsabilidad recae en quienes iniciaron los ataques y ubicaron arsenales en escuelas y hospitales -como lo reconoció la ONU-, ahora el desafío es construir el futuro.
Según los gobernantes hebreos el ideal sería que Hamás pierda el control de la franja, que su dictadura colapse, y el Rais palestino Abu Mazen obtenga el control de todos los territorios autónomos. Con él Israel cree posible un acuerdo de paz definitivo, aunque el camino sea pedregoso y escarpado.
El portavoz del ejército judío para la prensa en español, Roni Kaplán, brindó precisiones sobre los enfrentamientos y el actual cese de la lucha. “No abriremos fuego a no ser que previamente nos agredan o se infiltren terroristas a territorio israelí. Estamos esperando, no olvidemos que seis veces se declaró un cese de fuego, y siempre Hamás los rechazó y violó”.
Fase diplomática
“El cese de hostilidades –agregó Kaplán- se está respetando y ahora avanza la fase diplomática. En este momento estamos retirando las últimas tropas de Gaza, después de que terminásemos de destruir la infraestructura de túneles utilizados para fines terroristas”. Se refería a los 32 túneles subterráneos descubiertos, construidos con cemento llegado desde Israel para obras civiles y cuyo costo se calcula en cientos de millones de euros.
Horas antes del inicio de la tregua hubo una andanada de misiles palestinos, interceptados en el aire por el avanzado sistema “Cúpula de Hierro” o caídos en zonas rurales. El ejército israelí ha concentrando sus tropas en posiciones defensivas, alrededor de la franja. Roni Kaplán, un uruguayo-israelí, afirmó que “durante los combates entre Israel y Hamás hubo 1.768 víctimas en Gaza, lamentablemente 477 confirmadas son civiles no involucrados en el combate”, se lamentó el vocero. El resto eran “terroristas combatientes de Hamás, la Jihad Islámica, y grupos fanáticos menores”.
En la guerra entre Hamás e Israel también hubo actividades humanitarias por parte israelí, casi ignoradas por los medios. En este sentido, el vocero indicó que “41.500 toneladas de alimentos y medicinas ingresaron en Gaza durante la operación a través de 1.860 camiones”. Vale señalar que todas las mercancías ingresaron desde el estado hebreo, pues ningún camión fue autorizado a cruzar desde el lado egipcio de la frontera.
Túneles destruidos
En relación a la amenaza de los túneles, se descubrieron 32 con salida en Israel, de los cuales 13 fueron destruidos y 19 neutralizados. En algunos se encontraron motocicletas y en todos armas y municiones.
Respecto a los ataques de Hamás, fueron lanzados 3.356 misiles de los cuales 578 fueron interceptados por el avanzado sistema defensivo Cúpula de Hierro, pues se dirigían a zonas habitadas. Además, tres mil cohetes fueron destruidos en tierra en los depósitos que el grupo posee en la franja; no obstante se cree que aún hay otros tres mil misiles ocultos.
Israel utilizó 82.000 reservistas, que se sumaron al ejército profesional y a quienes realizan el servicio militar obligatorio. Las bajas hebreas fueron de 64 soldados muertos y 463 heridos. Además se contabilizaron tres civiles fallecidos, dos ciudadanos israelíes y un trabajador tailandés.
En síntesis, para Israel la operación militar, si bien le generó críticas en diversas naciones que consideraron “excesivo” el uso de su potencial militar, triunfó en debilitar enormemente la capacidad terrorista de Gaza, eliminar la red subterránea construida para asesinar ciudadanos y restauró “la tranquilidad a los habitantes del sur y centro del país”.
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