El movimiento terrorista Yihad Islámica –considerado de este modo por Europa, EEUU, Canadá, Japón y Australia- lanzó unos 100 cohetes hacia las ciudades y aldeas israelíes cercanas a Gaza. El ataque ocurrió tras la muerte de tres miembros del grupo proiraní por parte del ejército hebreo. Habían disparado un proyectil contra soldados que vigilaban la frontera y fueron rápidamente eliminados por la Fuerza Aérea.
Casi todos los misiles cayeron en áreas abiertas y otros fueron destruidos por el sistema defensivo “Cúpula de Hierro”, que apunta a aquellos que van dirigidos a zonas pobladas. No hubo heridos ni daños, aunque el ataque fue el más grave contra el sur de Israel desde la tregua pactada en 2012 con el grupo islamista Hamás. También se lanzaron proyectiles hacia las importantes ciudades costeras de Ashkelón y Ashdod.
Horas después, la Fuerza Aérea israelí atacó varias bases e instalaciones militares de la Yihad en la franja de Gaza. Poco antes, Hamas había evacuado sus cuarteles ante el temor de bombardeos. Según el Ejército, sus aviones destruyeron 29 objetivos terroristas. Los palestinos no han informado de heridos ni muertos. Un portavoz militar anunció que “todos los aviones regresaron a sus bases”. Importantes funcionarios israelíes declararon que la respuesta será “dura pero precisa”. Según explicaron, Israel no tiene intención de salir a una operación masiva.
El gobierno de Hamás en Gaza se enfrenta a momentos difíciles. El descontento de la población aumenta ante los casos de corrupción y la opulencia en la que viven sus dirigentes, al mismo tiempo que se produce una creciente imposición de normas religiosas. Además, el nuevo régimen egipcio, que ha definido al grupo como terrorista, ha roto toda colaboración.
La Yihad Islámica Palestina es muy inferior a Hamás en cuanto a número de integrantes, capacidad militar e influencia política. Sus inicios se remontan a la década de los 70. El grupo islámico libanés Hezbollah ha cooperado económicamente con la organización. Desde que Hamás tomó violentamente el poder en Gaza, a mediados de 2007, las discrepancias entre ambas organizaciones han aumentado.
El objetivo político de la Yihad es crear un estado musulmán en toda la zona del antiguo Mandato Británico –lo que implica destruir a Israel-, regido por la ley islámica y sin permitir allí la residencia de judíos ni cristianos. Asimismo, la Yihad Islámica Palestina se opone a otros gobiernos árabes al considerarlos "poco religiosos". Las Brigadas Al-Kuds, brazo armado del movimiento, ha realizado numerosos ataques contra civiles, incluyendo atentados suicidas. Su capacidad para cometer ataques terroristas contra Israel fue drásticamente reducida tras la construcción de la barrera de seguridad en Cisjordania y el control en las fronteras de Gaza. El grupo ha sido responsable del múltiples asesinatos también de palestinos que discreparon con sus posiciones.
Algunos ministros israelíes han pedido una operación militar más ambiciosa que "derroque al régimen terrorista de Hamás y la Yihad de la franja". El Teniente Coronel Peter Lerner, portavoz del ejército, declaró: "Hemos alcanzado la infraestructura utilizada por los asesinos para entrenar, planificar y ejecutar sus ataques. No podrán conspirar en la seguridad de sus cuevas terroristas". Importantes analistas sostienen que Abu Mazen, al frente de la Autoridad Palestina en Ramallah, saldría fortalecido del colapso del régimen islámico en Gaza, pues ello le permitiría centralizar toda la autoridad en las zonas autonomas.