El presidente de la República italiana, Giorgio Napolitano, ha prestado juramento este lunes de un segundo mandato de siete años y lo ha hecho con un duro discurso en el que ha criticado a los principales partidos por no haber acometido reformas esenciales como la electoral y les ha acusado de "sordera", al tiempo de que ha advertido de que si mantienen su postura no dudará en dimitir.
Además, aseguró que si vuelven a mostrarse "insensibles" ante el bloqueo institucional, no dudará en exponer "las consecuencias ante el país". "Era necesario ofrecer al país y al mundo una señal de cohesión nacional, de vitalidad institucional y de voluntad de dar una respuesta a nuestros problemas y encontrar una renovada confianza en nosotros mismos y hacia nosotros a nivel internacional", indicó Napolitano.
El jefe de Estado ha dejado claro que asume su nuevo mandato porque Italia debe dar muestras de "cohesión" ante el mundo y por tanto no podía negarse y ha reprochado a los parlamentarios sus aplausos "autoindulgentes".
Durante su discurso ante el Parlamento tras la jura del cargo, Napolitano, que fue elegido el pasado sábado en la sexta votación ante la falta de acuerdo sobre su sustituto, dijo que su reelección es totalmente legítima pues no la descarta la Constitución, a pesar de que es la primera vez que se produce en el país.
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