Internacional

La izquierda francesa se exhibe unida pero sin un candidato claro al Elíseo

La Francia Insumisa sigue un rumbo diferente a la coalición, el resto de formaciones que forman parte del conglomerado no quieres a Melenchón como primer ministro y están dispuestos a llegar a acuerdos puntuales con los de Macron

La euforia de las formaciones de izquierda, vencedoras de las legislativas bajo la alianza
Nuevo Frente Popular (NFP) no puede ocultar las diferentes visiones dentro del grupo
integrado por “La Francia Insumisa” (LFI) de Jean-Luc Melenchón, socialistas, ecologistas,
comunistas y los socialdemócratas de “Plaza Pública”, dirigidos por el eurodiputado Raphael
Glucksmann
.
De los 182 diputados obtenidos por el NFP, 71 pertenecen a LFI, 64 a los socialisatas, 33 a los
verdes, 9 a los comunistas y el resto a otros diputados, como algunos socialistas que no
quisieron integrarse en la coalición.
Tras el anuncio de primeros resultados en la noche del domingo, Melenchón, representante
del ala más radical del conglomerado, se apresuró a ser el primero en reaccionar ante la
prensa para asegurar que, tras la victoria, el próximo gobierno deberá aplicar al pie de la
letra el programa común del NFP
y legislar, sin mayoría, por decreto ley. Para él, está claro,
además, que el nuevo primer ministro que cohabite con Emmanuel Macron debe salir de sus
filas.
Una manera de ejercer la presión sobre el resto de la heteróclita alianza y de intentar apagar
los cantos de sirena que Macron ha iniciado ya para intentar atraer hacia una mayoría de
gobierno a otros dirigentes de la izquierda.
“La Francia Insumisa” amenaza con proponer esta misma semana el nombre de un jefe de
gobierno
para “cohabitar” con el presidente Macron. Y, uno de sus dirigentes, Mathilde
Panot, ya avanzaba que Melenchón no estaba descartado para ese puesto. Es una manera
de adelantarse a las negociaciones que dentro del NFP deben decidir un candidato común
para el palacio de Matignon, sede de la jefatura de gobierno.

Un no rotundo a Melenchón

Melenchón sabe que su figura no concita precisamente el apoyo del resto de fuerzas que se
integran en el NFP. El primero en manifestar su no rotundo a Melenchón como primer
ministro fue Glucksmann, el vencedor entre las izquierdas en las elecciones europeas del 9
de junio. Según él, Melenchón es “una rémora para la izquierda”. Glucksmann fue insultado
y despreciado dentro del ala radical de LFI por el simple hecho de pertenecer a la comunidad
judía
. Su éxito no le ha valido para imponerse dentro de la alianza vencedora de las
legislativas, pero su veto al jefe de LFI no será el único.
Entre los diputados elegidos en las legislativas destaca el expresidente socialista, François
Hollande
. Enemigo acérrimo de Melenchón desde hace años, Hollande ejercerá también
presión en el PSF
para cerrar el paso y quizá también aislar a LFI de las negociaciones que
van a orientar la actitud de las izquierdas en la nueva composición política. La líder de
“Europa, Ecología, Los Verdes” (EELV), Marine Tondelier, ya había anunciado que se propone
como candidata. Por su parte, el secretario general del PCF, Fabian Roussel, otro enemigo
del “caudillo” de LFI, jamás le apoyaría ni para ese puesto ni para cualquier otro.
Tanto socialistas como ecologistas y comunistas rebajaron el ardor radical de Melenchón en
la noche electoral
. Con mensajes más o menos velados, dejaban entender que habría que

abrirse hacia zonas fuera de su alianza electoral. Incluso enumeraron algunas de las
preocupaciones principales que el electorado de Marine Le Pen, como la inseguridad y el
control de la inmigración
. Quizá leyeron la semana pasada las declaraciones del geógrafo
creador del término “La Francia periférica”, Christophe Guilluy. En el semanario “Le Point”,
Guilluy decía algo aplicable no solo a su propio país: “La izquierda ha integrado
completamente que hablar de flujos migratorios equivale a ser racista
. Sin embargo, es una
cuestión muy importante para las clases populares, comprendidas las de origen inmigrante.
No se puede llamar racismo a rechazar sentir inseguridad cultural; es una reacción de los
más pobres”.

Posibles pactos con Macron

Excepto Melenchón, los líderes del NFP no descartan, sin afirmarlo claramente, posibles
negociaciones con el bloque macronista
, no tanto como para acordar una coalición dentro
de la Nueva Asamblea, como estudiar acuerdos caso por caso, texto por texto, en el
complicado escenario legislativo que han deparado las urnas. A cambio, eso sí, propondrán,
o juntos, o cada uno por su lado, un jefe de gobierno de su cuerda.
Desde el diario de izquierda, “Libération”, se les prevenía de que su victoria es consecuencia
de la edificación de un dique contra Le Pen y que, por tanto, los resultados electorales no
reflejan una aprobación
total de su programa por los electores.

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