El primer ministro de Reino Unido, David Cameron, ha anunciado este lunes que restringirá aún más las ayudas que reciben los inmigrantes para reducir la llegada de nuevos extranjeros, incluidos los comunitarios de la Unión Europea, que deberán demostrar que "están buscando empleo claramente" para optar a la ayuda del paro de seis meses. El jefe del Gobierno británico ha explicado que las medidas van encaminadas a asegurar a que la gente acude a Reino Unido "por las razones adecuadas" después de que el Partido Laborista utilizase un "enfoque suave" durante sus años en el Gobierno.
Entre los anuncios, también se incluyen multas mayores para los empresarios que contraten a inmigrantes ilegales. Actualmente, los inmigrantes de la Unión Europea deben demostrar que tienen una "oportunidad razonable" de encontrar trabajo para beneficiarse de las ayudas del Estado británico.
A partir de ahora, el Gobierno cambia a tener una "seguridad real" de que conseguirán trabajo y exige saber inglés para optar a las ayudas. Existen "preocupaciones sobre que algunas personas pueden venir y aprovecharse de nuestra generosidad sin conseguir realizar una contribución próspera a nuestro país", ha asegurado el primer ministro.
"Estas preocupaciones no son sólo legítimas, son correctas y es una tarea fundamental de cada uno de los políticos gestionar" estas dudas, ha indicado en un discurso. Aunque no hay datos exactos, el Gobierno cree que el 17 por ciento de los británicos en edad de trabajar solicita alguna ayuda estatal en caso de estar en el paro, frente al 7 por ciento de extranjeros que las piden.
Estas medidas se enmarcan en los intentos de las autoridades británicas de impedir que búlgaros y rumanos se establezcan en Reino Unido a partir del próximo año, cuando está previsto que se reduzcan las limitaciones a la movilidad de sus nacionales después de que entrasen en la UE en 2007.
"No podemos esperar a que se acaben estos controles a los desplazamientos. Pero lo que podemos asegurarnos es que aquellos que vienen de la UE o de otras zonas, lo hagan por una buena razón: vienen aquí porque quieren contribuir a la economía de nuestro país, no porque se vean atraídos por los beneficios de nuestro sistema o la oportunidad de utilizar nuestros servicios públicos", ha afirmado.
Contra los laboristas
"Con el anterior gobierno, la inmigración en este país era demasiado alta y estaba fuera de control. Para que se entienda, había un enfoque suave", ha criticado. Cameron ha indicado que si los nuevos inmigrantes no pueden demostrar que están buscando trabajo activamente, perderán todas las ayudas.
El primer ministro también ha anunciado que se reformará el sector sanitario para asegurarse de que se cobra a los países de la UE por atender a sus nacionales. Además, deberán tener la residencia en el país para poder someterse a una operación no urgente. "No podemos tener una cultura de dar algo por nada. Los nuevos inmigrantes no pueden esperar que se les dé una casa al llegar", ha añadido.
El responsable de Inmigración del Partido Laborista, Chris Bryant, ha criticado los fallos del Ejecutivo de Cameron a la hora de atajar la inmigración ilegal y atacar la llegada de nuevos trabajadores de otras regiones, según ha informado la cadena BBC.
Bryant ha recordado que el número de personas a las que se le impide entrar en Reino Unido ha descendido un 50 por ciento, y lo mismo han caído el número de inmigrantes en situación irregular deportados o la cifra de inmigrantes en las cárceles del país.
El pasado viernes, el viceprimer ministro, Nick Clegg, anunció la creación de un depósito de unas 1.000 libras para los inmigrantes que llegaran a Reino Unido y solicitaran un visado para permanecer en el país, aunque este dinero se les devolvería en el momento en el que decidiesen abandonar el país.
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