El presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker, ha asegurado que los Gobiernos de España, Irlanda y Portugal se opusieron a tratar en una reunión en octubre la insostenibilidad de la deuda griega con una posible quita. Así lo asegura en una entrevista publicada por el diario belga Le Soir, en la que afirma que estos países querían evitar una reunión en la que se tratara una reducción de la deuda griega en octubre "porque tenían elecciones".
"Yo dije hace varios meses a Alexis Tsipras que trataríamos la insostenibilidad de la deuda griega, desde el mismo instante en el que aprobasen los principales puntos del acuerdo. Con las primeras evaluaciones del Consejo Europeo, dando el visto bueno a las reformas, estableceríamos una reunión en octubre con la que Tsipras pudiera trasladar a su pueblo tranquilidad. Pero esta fecha fue finalmente rechazada por Irlanda, Portugal y España, porque es justo antes de las elecciones", zanja al respecto Juncker.
"El miedo permitió el acuerdo"
Respecto al acuerdo logrado con Grecia para evitar su bancarrota y salida del euro, ha afirmado que "se ha evitado lo peor" y ha precisado que dicho pacto se logró gracias al "miedo". "Hemos evitado lo peor, no por que fuéramos excesivamente sabios, sino porque teníamos miedo", ha reconocido Juncker.
"Hemos evitado la muerte y hemos hecho todo lo posible para evitar el suicidio", ha dicho Juncker
"Es el miedo lo que permitió el acuerdo. Tras el miedo siempre hay alivio", ha declarado el político luxemburgués. Juncker celebró la decisión del primer ministro heleno, Alexis Tsipras, de alejarse de una parte de su partido ya que, en ocasiones, tuvo la impresión de que "si iba al límite de su pensamiento eso sería el fin de Grecia".
En su opinión, Grecia "se equivoca si se siente humillada, porque la Comisión ha hecho lo posible por redondear los ángulos" del acuerdo, teniendo en cuenta "las preocupaciones, los miedos y las expectativas de unos y otros". "Dije en un momento dado que el nuevo Gobierno griego iba a suicidarse por miedo a la muerte. Hemos evitado la muerte y hemos hecho todo lo posible para evitar el suicidio", ha apuntado.
Desde su punto de vista, "el problema es griego", pero las reacciones a la solución griega no son exclusivamente griegas", ha comentado. Asimismo, ha dicho que a los europeos "no nos gusta la idea de que los pensionistas griegos estén sentados llorando en las escaleras de un banco griego. Eso no es Europa".
"Escogí como método hablar abiertamente a los griegos respetando su dignidad", ha asegurado. Los líderes de la eurozona, incluido el primer ministro Tsipras, pactaron en una cumbre hace una semana "normalizar completamente" los métodos de trabajo entre las instituciones y Atenas, tras la firme oposición del Gobierno de Syriza a los acreedores internacionales (la CE, el Fondo Monetario Internacional y el Banco Central Europeo).
"Inquieto por el futuro"
En todo caso, Juncker dice sentirse "inquieto por el futuro", no tanto sobre el caso preciso de Grecia como sobre Europa en general en referencia a otros asuntos como la migración. Esta misma semana, los ministros europeos de Interior cerraron un debate sobre el reparto en los próximos dos años de 40.000 demandantes de asilo sirios, eritreos, somalíes e iraquíes -llegados a Italia y Grecia desde abril- sin compromisos que permitan llegar a esa meta.
"Hay una ruptura de facto de los lazos de solidaridad en Europa", ha comentado, agregando que "los viejos demonios, los resentimientos nacionales contra los otros están vivos todavía". El presidente de la CE ha declarado además que "los europeos no quieren a Europa" y ha afirmado que "la construcción europea, nacida de la voluntad de los pueblos, se ha convertido en un proyecto de elite, lo que explica el abismo entre las opiniones públicas y la acción política".
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