Cuenta el diario Le Figaro que en la familia Windsor es habitual tomarse las cosas con calma. Así por ejemplo, cuando nació el príncipe Carlos la casa real británica tardó un mes en dar a conocer su nombre. Y cuando nació el príncipe Guillermo hubo que esperar una semana.
Hay quien cuenta, con cierto sentido del humor, que teniendo en cuenta que los duques de Cambridge tardaron tres semanas en bautizar a su perro, habrá que esperar un tiempo hasta saber cómo se va a llamar su hijo. El caso es que esta indefinición está haciendo que siga moviéndose el dinero en las casas de apuestas, donde dos nombres destacan como posibles: George y James.
Adivinar el nombre del bebé se ha convertido en uno de los pasatiempos favoritos en el Reino Unido, según cuenta el Daily mail. George y James encabezan las apuestas, pero otros nombres aparecen con buenas posibilidades: Alexander, Henry, Louis, Richard y Arthur son los siguientes mejor colocados.
El nombre podría dar simbolismo a toda una era (como en la era Georgiana, Victoriana o Isabelina). Y en el día de ayer, los productores de tazas y trapos de cocina ya estaban preparándose para lanzarse a la producción en cuanto el nombre del bebé sea anunciado.
A la princesa Diana le habrían gustado nombres como Sebastian y Oliver, mientras que el príncipe Carlos preferiría que su primer nieto se llamara Albert o Arthur. Los duques de Cambridge tienen a partir de ahora 42 días para registrar el nacimiento de su hijo, pero no parece que se vayan a tomar tanto tiempo.
Charles Kidd, editor de Debrett’s Peerage y Baronetage, opina que a la familia real británica “le gusta hacer las cosas despacio” y considera que “está muy bien tomarse un respiro entre el nacimiento y el anuncio del nombre” pero cree que los duques de Cambridge son muy organizados. “Y me sorprendería mucho que se tomaran más de una semana para anunciarlo”.
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