Aproximadamente 589.000 personas han sido amonestadas desde principios de año en China como culpables de un delito de corrupción, la gran lacra de la burocracia nacional que el presidente del país, Xi Jinping, prometió combatir a su llegada al poder hace más de una década.
Concretamente, la Comisión Nacional de Supervisión (la más alta instancia anticorrupción del país) ha especificado que los castigos comprenden 461.000 sanciones disciplinarias a nivel del Partido Comunista y 170.000 sanciones a nivel del Gobierno chino, de acuerdo con un comunicado publicado en su página web.
Entre los sancionados había 53 funcionarios de nivel ministerial o equivalente y un total de 2.972 casos han sido transferidos a la Fiscalía para su posterior investigación.
Los dos últimos años de la guerra contra la corrupción en China ha dejado números récord de altos cargos detenidos durante los dos últimos años.
El aumento de detenciones ha llevado al Gobierno chino a anunciar la creación de una nueva y específica comisión sobre corrupción financiera, en lo que se trata de un primer paso hacia una supervisión más permanente del sector.
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