Amarga resaca electoral para los votantes de Reagrupamiento Nacional. Los partidarios de Marine Le Pen y Jordan Bardella saben que es complicado buscar excusas, pero no pueden quitarse de la cabeza, lo que consideran un sistema electoral injusto. Muchos se preguntan hoy cómo es posible que con más casi diez millones de votos (9.929.069) su partido haya quedado por detrás de las izquierdas del “Nuevo Frente Popular” (6.374.582) y de la coalición de Emmanuel Macron, “Ensemble” (6.096872).
El sistema electoral francés está ideado no para ganar, sino para evitar una victoria del rival, se lamentan. Es un modelo de escrutinio que prima las coaliciones de perdedores, estiman hoy votantes y militantes frustrados por la derrota del domingo. Por eso claman contra un “robo electoral”. En las redes sociales se repiten y multiplican los mensajes que insisten en decir que, con un sistema como el británico, Jordan Bardella habría sido jefe de gobierno desde la primera vuelta de las legislativas, el 30 de junio.
El sistema mayoritario, a dos vueltas, y sin una pizca de proporcional, produce estos resultados, pero en Francia todas las fuerzas políticas lo conocen y los dirigentes de RN saben que criticarlo hoy sería mostrar una imagen de malos perdedores. Marine Le Pen ya dijo también antes de los comicios que llevan aceptando los resultados electorales desde hace 50 años, sin ponerlos en duda. Pero uno de los dirigentes del partido, Laurent Giaconbelli, denuncia un “atraco democrático de Macron”, por su acuerdo con la extrema izquierda. Bardella y Le Pen ya vituperaron, antes y después del domingo la “alianza contra natura y sin honor” entre macronistas y las izquierdas aglutinadas en el NFP.
El proceso de desistimiento pactado entre Macron y Melenchón para retirar a sus candidatos en las circunscripciones donde una triangular pudiera llevar a la victoria a RN ha propiciado la derrota del partido que saca una ventaja de tres millones de votos a cada uno de sus dos principales rivales pero que se tiene que conformar con 143 escaños, menos que el bloque macronista, 163, y que la alianza de izquierdas vencedora, 182. Seis de cada cuatro franceses han votado por RN. Es la fuerza política que más ha progresado en la Asamblea; de 89 ha pasado a 143 diputados, pero ello no alivia la amargura.
El techo de cristal que ha impedido a Marine Le Pen acceder al Elíseo en 2017 y 2022 ha quedado reforzado por el acuerdo de las izquierdas y el centro. Pero la dirección de RN debe buscar también las razones de su derrota, independientemente del sistema electoral. Es difícil luchar contra todo un “establishment” político, mediático y cultural en contra, pero en RN saben qué haber apostado por la ambigüedad sobre su programa en la recta final, no ha ayudado. Tampoco ha jugado a su favor la selección de candidatos en algunas circunscripciones.
Cuando ya no se podían retirar candidaturas, Le Pen y Bardella descubrieron que dos o tres descerebrados, racistas y pronazis, destrozaban su proceso de “desdemonización” y daban pie a quienes les consideran “ultraderecha” e, incluso, “fascistas”. Marine Le Pen no estaba con muchas fuerzas en la noche del domingo para levantar el ánimo de sus tropas. Prefirió citarles para 2027; será su tercer intento para acceder a la presidencia del país. Tres años para preparar una nueva estrategia contra el “cordón sanitario” que la impide acceder al poder.
Apoya TU periodismo independiente y crítico
Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación