Internacional

Condenado un miembro de Hezbolá por el asesinato del ex primer ministro de Líbano

Determina que no hay pruebas de la implicación de Siria y la cúpula de Hezbolá en este atentado

  • El ex primer ministro de Líbano, Rafik Hariri.

El Tribunal Especial para Líbano (TEL) ha condenado este martes a uno de los cuatro acusados por el asesinato del ex primer ministro libanés Rafik Hariri pero ha absuelto a los otros tres por falta de pruebas, al tiempo que ha determinado -en una precisión clave- que tampoco hay evidencias de que Siria y la cúpula del partido-milicia Hezbolá estuvieran implicados en el crimen.

El condenado es Salim Ayyash, que ha sido declarado culpable del homicidio intencionado de Hariri y las otras 21 víctimas mortales del atentado que el 14 de febrero de 2005 acabó con su vida, mientras que los otros tres acusados --Assad Sabra, Hussein Oneissi y Hassan Merhi-- han sido absueltos. Todos han sido juzgados 'in absentia'.

El TEL había imputado a una quinta persona, el comandante de Hezbolá Mustafá Badreddine, como el 'cerebro' del asesinato de Hariri, pero murió en mayo de 2016 en la guerra de Siria, por lo que retiró los cargos en su contra tras confirmar que había fallecido.

Además, la jueza Janet Nosworthy, una de los miembros de la Cámara de Juicio, ha explicado que el TEL no ha podido establecer la identidad del "suicida" que habría activado el coche bomba que mató a Hariri. Solo se ha encontrado un diente suyo que ha ayudado a determinar que tenía unos 20 años. "No hay otras evidencias", ha lamentado.

Por su parte, el presidente de la Cámara de Juicio, David Re, ha indicado que, aunque "Siria y Hezbolá puede que tuvieran motivos para eliminar al señor Hariri y a algunos de sus aliados políticos", "no hay pruebas de que la cúpula de Hezbolá tuviera ninguna implicación". "Y no hay pruebas directas de la implicación siria en el mismo", ha añadido, en declaraciones recogidas por la agencia de noticias Bloomberg.

El TEL ha confirmado que un escuadrón de Hezbolá estaba siguiendo los movimientos de Hariri desde octubre de 2004, pero "no puede afirmar que toda la vigilancia fuera parte del plan de asesinato", ha indicado Re, citado por Sputnik.

En cualquier caso, el TEL ha afirmado que, sin duda, el atentado contra Hariri se llevó a cabo por motivos políticos y ha considerado que los intentos de asesinato llevados a cabo por aquel entonces contra otros políticos debían haber servido de advertencia.

"Siria tenía cierta influencia en la vida política del Líbano tras concluir la guerra civil. La comunidad drusa liderada por Walid Jumblat, los cristianos y los miembros del movimiento de Hariri se oponían a la presencia militar siria y su rol en los asuntos internos", ha recordado Re.

Un fallo controvertido

Hariri, que fue primer ministro hasta cuatro veces, murió el 14 de febrero de 2005 por la explosión de un coche bomba en Beirut que se saldó con otros 21 muertos y más de 220 heridos. A pesar de que la autoría del atentado fue reclamada por un grupo fundamentalista hasta entonces desconocido llamado Victoria y Yihad en la Gran Siria, la acusación considera que fue una reivindicación falsa para alejar las sospechas de Siria y Hezbolá.

El entonces jefe de Gobierno se había convertido en el rostro de la reconstrucción de Líbano tras la guerra civil (1975-1990), erigiéndose como la figura suní más importante del país, por contraposición a Hezbolá, una formación chií vinculada a los regímenes chiíes de Siria e Irán. Por ello, las sospechas se dirigieron hacia el partido-milicia y el Gobierno sirio. Las fuertes protestas de esos días obligaron a la retirada de las tropas sirias de Líbano tras 29 años de hegemonía política y militar.

A la muerte de Hariri siguió una ola de asesinatos y tentativas de asesinato contra otros políticos, periodistas y activistas que reavivó el temor a un nuevo conflicto, por lo que el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas decidió intervenir creando el TEL, un tribunal híbrido formado por juristas libaneses e internacionales que ha investigado lo ocurrido durante estos quince años.

El esperado veredicto del TEL llega en un momento especialmente delicado para Líbano, que atraviesa la peor crisis económica desde la guerra civil, ahora agravada por la situación humanitaria provocada por las explosiones que tuvieron lugar el 4 de agosto en el puerto de Beirut --al parecer, por nitrato de amonio mal almacenado-- y que han dejado cerca de 200 muertos y miles de damnificados.

El presidente libanés, Michel Aoun, ya ha avanzado que aceptarán el fallo del TEL, si bien ha incidido en que "la justicia tardía no es justicia".

Hezbolá, por su parte, ha anticipado una "injusta condena" y ha insistido en la inocencia de sus "hermanos". "Como libaneses, debemos ser conscientes de que alguien intentará aprovecharse del fallo, dentro o fuera, para atacar a la resistencia y a Hezbolá", ha dicho su líder, Hasán Nasralá, estos días.

Apoya TU periodismo independiente y crítico

Ayúdanos a contribuir a la Defensa del Estado de Derecho Haz tu aportación Vozpópuli