El Aeropuerto de Gran Canaria debió rechazar este martes aterrizajes y despegues debido a condiciones adversas del tiempo en las islas y al producirse una inundación en sus dos pistas por el mal tiempo. El tráfico aéreo se detuvo completamente durante casi una hora y generó desvíos de vuelos a aeropuertos alternativos como Tenerife Sur y Fuerteventura por la acumulación de aviones en espera.
La Dirección General de Emergencias del Gobierno de Canarias ha declarado la situación de alerta por lluvias en Gran Canaria y situación de prealerta en el resto del archipiélago. La alerta declarada en Gran Canaria afecta a los municipios de Arucas, Teror, Las Palmas de Gran Canaria, Santa Brígida, Valsequillo y Telde, donde se ubica parte del Aeropuerto de Gran Canaria.
Situación crítica
En concreto, los controladores aéreos declararon situación crítica en la pista 03L, una de las arterias vitales para el tráfico aéreo grancanario por el desborde de un paterre cercano, dejando un manto de tierra que complicaba las operaciones. Por ello, se tomó la decisión de operar exclusivamente con la pista 03R, lo que exigía un mayor espaciamiento entre los aviones, un protocolo necesario en momentos de incertidumbre.
La complejidad de la situación se intensificó rápidamente. En el aeropuerto de Tenerife Sur, las instrucciones fueron claras: el tráfico de llegada debía entrar en esperas, priorizando los vuelos desviados desde Gran Canaria. La presión aumentaba, especialmente para aquellos vuelos que enfrentaban problemas de combustible, una preocupación que no se podía tomar a la ligera.
La seguridad, como siempre, era la máxima prioridad. Mientras tanto, en Gran Canaria, la pista 03R también fue objeto de revisión debido a encharcamientos. Así, un vuelo procedente de Stansted, que había estado en ruta hacia Gran Canaria, tomó la decisión de desviarse al aeropuerto alternativo de Tenerife Sur.
En este momento, el aeropuerto ha conseguido recuperar la operatividad y el funcionamiento de sus dos pistas.
