De Fráncfort a Estrasburgo hay dos horas y media en coche. Se tarda igual que en ir de Madrid a Burgos, y bastante menos que ir en tren desde la capital española a Plasencia (Extremadura). Muchos trabajadores de Madrid y Barcelona pasan ese tiempo en transporte público todos los días para ir y volver de su trabajo. Hay europarlamentarios, en cambio, que a pesar de cobrar cerca de 15.000 euros brutos al mes (entre salario y dietas) y de tener que trasladarse a Estrasburgo solo una vez al mes para asistir al pleno del Parlamento, deben considerar esas dos horas y media de trayecto en coche una tortura a la altura de la de Sísifo -condenado por Zeus a subir eternamente una pesada piedra por una montaña-.
Lufthsansa fleta un avión cada mes para satisfacer las necesidades de estos eurodiputados. Es un Airbus A319 que hace el trayecto Fráncfort-Estrasburgo en 55 minutos. De las 25 filas de las que está compuesto el avión, 16 pertenecen a la clase Business. Es decir, más de dos tercios de las plazas son clase Business. El próximo pleno del Parlamento Europeo es el 6 de junio, y como se puede comprobar en la web de Lufthansa, ya está disponible el correspondiente vuelo.
Estos 55 minutos en el aire en clase Business cuestan 1.080 euros en el momento de publicación de esta noticia. Más o menos, como viajar a Nueva York en clase económica. Los 1.080 euros, sin embargo, les salen gratis a los eurodiputados, ya que tienen el derecho a que se les reembolse el dinero invertido en viajes de trabajo. El precio en clase económica es de 768 euros. La compañía alemana solo fleta este avión una vez al mes, cuando hay pleno en el Parlamento Europeo. El resto de días ofrece varios autobuses para el mismo trayecto por un precio de 50 euros.
Despilfarro económico y contaminación
Esta opción aérea supone un despilfarro económico para las arcas europeas, financiadas con el dinero que pagan los ciudadanos con sus impuestos. En lugar de pagar 50 euros por hacer el trayecto en autobús, los europarlamentarios que elijan el vuelo de Lufthansa estarán pagando un 2.160% más. También podrían optar por viajar en su propio coche y pagar la gasolina con los 15.000 euros que ganan al mes.
Más allá del dispendio que pueda suponer, el comportamiento de estos eurodiputados es contrario al posicionamiento ecologista del Parlamento Europeo. Hace apenas un año, el Europarlamento aprobó una directiva sobre la calidad del aire ambiente donde resalta "la incidencia de la aviación en la contaminación atmosférica y los correspondientes efectos negativos para la salud".
La Comisión Europea cuenta también con una 'Estrategia de movilidad sostenible e inteligente: encauzar el transporte europeo de cara al futuro' aprobada en 2020, donde se insiste en la necesidad de establecer alternativas sin huella de carbono para trayectos inferiores a 500 kilómetros: "Es preciso actuar con decisión para transformar el sector del transporte en un sistema verdaderamente multimodal de servicios de movilidad sostenibles e inteligentes. Para lograrlo, Europa debe construir una red de transporte de gran calidad con servicios de ferrocarril de alta velocidad para las distancias cortas y servicios de aviación limpios que mejoren la cobertura de las rutas de larga distancia".
"La Comisión trabajará en la creación de condiciones propicias que permitan a los operadores de transporte ofrecer a los viajeros, de aquí a 2030, opciones neutras en carbono para los desplazamientos colectivos programados inferiores a 500 km dentro de la UE", continúa la estrategia. Mientras que a los ciudadanos se les exige esfuerzos en pos de un mundo más verde, más sano, hay líderes políticos que prefieren vivir a su manera, como cantaba Sinatra. El refranero español guarda una acepción para estos casos: consejos vendo, pero para mí no tengo.
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