Hay que estar verdaderamente desesperado para anunciar nada menos que "una guerra civil" en Francia si Agrupación Nacional o el Nuevo Frente Popular salen vencedores de las elecciones legislativas del 30 de junio y el 7 de julio. El presidente Emanuel Macron, después de haber llevado al país a una disolución de la Asamblea poco justificable, enciende los ánimos y aumenta la angustia de sus ciudadanos en lugar de tranquilizar a un electorado perplejo.
El jefe del Estado, sin duda inquieto por los malos resultados que los sondeos otorgan a su 'bloque central', concedió una entrevista al podcast 'Generation do it yourself', para alertar sobre el peligro de la llegada al poder de los extremos.
"Agrupación Nacional (RN) y La Francia Insumisa (LFI) responden a verdaderos problemas, a verdaderas angustias", dijo Macron. "Unos se dicen que 'no hay respuesta a mis problemas de seguridad', otros dicen 'no estoy reconocido ni protegido por que soy musulmán', pero estas fuerzas políticas responden mal, aumentando la conflictividad y la guerra civil”.
Macron cree que los buenos resultados de RN en las europeas están "muy ligados" a la inseguridad y promete ir más rápido y con mucha más fuerza para "combatir la impunidad", pero estima que "la respuesta de la extrema derecha divide y lleva a la guerra civil porque califica a la gente según su religión y sus orígenes".
El partido de Jean-Luc Melenchón (LFI) también lleva a la guerra civil, según el presidente francés, pues "se limita a un comunitarismo que encierra a las personas exclusivamente en su pertenencia religiosa o comunitaria".
"Frente a los extremos -dice Macron-, es necesaria una respuesta más eficaz, pero dentro de la República. Cuando se está harto de todo, cuando la vida cotidiana es dura, se puede estar tentado por los extremos que ofrecen soluciones rápidas, Pero la solución no puede ser nunca el rechazo del otro". El presidente galo propone la solución para los tres años de mandato que le quedan: más firmeza frente a la inseguridad y la impunidad, por un lado, y más eficacia allí donde la República no ofrece una igualdad de oportunidades.
¿Guerrilla urbana?
Como continuación a las declaraciones del presidente el lunes, este martes su ministro de Interior, Gerald Darmanin, alerta sobre posibles enfrentamientos violentos entre grupos extremistas de extrema izquierda y de extrema derecha. A muchos observadores sorprende esta súbita alerta roja para llevar a los votantes a evitar los extremos. "O el bloque central o el caos", previenen las huestes de un Macron convertido al populismo del extremo centro.
Sorprende también que el macronismo pretenda ahora equiparar el peligro de los violentos de uno y otro lado cuando en sus siete años de mandato solo los grupos de extrema izquierda, "antifás" o "black bloc", han hecho arder literalmente las calles y han causado víctimas entre las fuerzas del orden. El grado de sorpresa lleva a la risa cuando tras esos desórdenes el ministerio del Interior respondía disolviendo a pequeños grupos de ultraderechistas cuyo “acción” se limitaba a apalear a sus rivales ultraizquierdistas.
Los servicios de seguridad se centran preferentemente en los posibles disturbios que la ultraizquierda prepara si Agrupación Nacional se hace con la mayoría absoluta tras los resultados del 7 de julio. El 'rodea el Congreso' y la 'alerta antifascista' a la salsa española será un juego de parvulitos frente a lo que los grupos ultraviolentos de la extrema izquierda ya han demostrado en múltiples ocasiones tanto bajo el mandato de François Hollande, como en los siete años de Macron.
Macron, ¿por qué no te callas?
Macron ha decidido centrar la minicampaña para las legislativas en el voto del miedo, mientras sus diputados buscan desesperados recuperar le escaño que su propio jefe les ha birlado con la disolución sorpresa. Los candidatos del macronismo han borrado las fotos del presidente en sus carteles y folletos electorales. Las televisiones han mostrado al primer ministro, Gabriel Attal, convertido en jefe de campaña del "bloque central" ser aconsejado por los ciudadanos: "Por favor, dígale al presidente Macron que no intervenga más; cada vez que abre la boca pierde votos".
Prometió no entrar en campaña y respetar una postura "presidencial", pero la herida que sufrió en los comicios europeos del 9-J en su personalidad narcisista parece impedir a Emmanuel Macron mantenerse al margen. Muchos de sus militantes estarían tentados de darle un consejo real: 'presidente, ¿por qué no te callas?'
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