Las madres rusas se han organizado. A pesar de que el Kremlin oculte datos sobre los soldados enviados al frente y sus prisioneros en Ucrania, la organización del Comité de Madres de Soldados de Rusia lucha para proteger a sus hijos. En un primer momento, el Gobierno de Putin prometió que no enviaría a cadetes sino soldados profesionales al frente ucraniano, pero la realidad es que miles de rusos imberbes han aparecido detenidos durante estos meses por parte de los ucranianos, que han difundido sus rostros en redes sociales. Esta organización, fundada el mismo año que la caída del muro de Berlín, en 1989, ha criticado abiertamente al Ejecutivo ruso al obligar a los soldados a firmar un contrato para participar en la 'operación especial' de Ucrania.
El Comité ha llegado denunciar la "coerción moral" a sus hijos y ha intercedido por ellos ante el Ministerio de Defensa de la Federación Rusa. En su portal, cientos de mensajes de agradecimiento copan la portada por su labor: "Quiero agradecer la gran profesionalidad del abogado Alexander Alekseevich Latynin (letrado de la organización), quien nos ayudó cuando ya habíamos cruzado los brazos", comenta una madre socorrida llamada Olga. Hay otra organización, la Unión de Comités de Madres de Soldados de Rusia que surge como escisión de este Comité y cuya representante, Valentina Melnikova, ha estimado que hay entre 10 mil y 12 mil soldados rusos en Ucrania sin contar con voluntarios o mercenarios. Esta estimación, sin embargo, contrasta con la ucraniana, que redondea en 30.000 la presencia de soldados rusos.
Las madres, en busca del paradero de sus hijos
Los datos sobre el destino de las unidades rusas en la guerra también es opaco, incluso para las familias rusas. El Kremlin, en ocasiones, tampoco les ha entregado los cuerpos de sus familiares muertos por la burocracia y el colapso del sistema dado el número de víctimas bélicas. Si obtener información sobre el estado de los militares ya es costoso, saber si un familiar ha caído en terreno se está convirtiendo en una carrera de obstáculos, por lo que los padres ya empiezan a acudir a abogados de derechos humanos como informa el portal ruso Meduza. Algunas madres han llegado a intentar atravesar la frontera con Ucrania, desesperadas, para rescatar a sus hijos.
Es el caso de Marina, quien, como informa la BBC, entró en pánico cuando supo que el Kremlin había enviado a sus dos hijos al frente ucraniano. "Me mintieron en la cara. Primero mintieron que mis hijos no estaban en Ucrania. Luego mintieron que habían firmado contratos militares. Los oficiales mintieron, los sargentos mintieron. Después alguien me dijo que no tenían permitido decirme la verdad. Increíble". Tras insistir a la Administración rusa, finalmente le confirmaron que ambos jóvenes no habían firmado los polémicos contratos militares y les devolvieron a Rusia.
"Actualmente no existe un apoyo legal decente para las familias de los soldados desaparecidos, incluso para aquellos que tienen hijos"Valentina Melnikova
Sobre los retornos, la portavoz de la Unión de Comités ha declarado que algunos soldados y oficiales rusos pidieron no regresar al frente tras volver a Rusia y se pusieron en contacto con ellos para tramitar la solicitud. Explica que la persistencia de cada soldado es un factor clave a la hora de gestionar cada caso, porque hay que mantener la denuncia en pie a pesar de las amenazas de cárcel.
El caos de las desapariciones
Melnikova ha reconocido que el principal problema para las madres tras casi cuatro meses de guerra es el alud de desaparecidos, de los que no constan ni información ni documentos. Asegura que es un problema que el Kremlin aún no reconoce y que dificulta las labores de reconocimiento y traslado para identificar con una prueba de ADN a los fallecidos. Solo así podrían ser enviados a sus familiares para darles sepultura. "Actualmente no existe un apoyo legal decente para las familias de los soldados desaparecidos, incluso para aquellos que tienen hijos", asegura Melnikova. El caos es tal, que la representante del Comité solo acierta a comparar la situación con lo ocurrido en el asedio de Grozny en 1994 donde miles de cadáveres rusos acabaron tendidos en las calles sin que nadie los recogiera por prohibición del Kremlin.
Esta organización ha creado una red de apoyo para miles de familias que llaman cada día preguntando por sus familiares en el frente. Tal y como está evolucionando la guerra, están recomendando a las personas que solicitan atención que, tras embarcarse en una búsqueda burocrática y preguntar al Ministerio de Defensa, miren las listas de prisioneros ucranianos por ser "detalladas" y de libre acceso. "Ucrania sigue cuidadosamente la Convención de Ginebra sobre Prisioneros de Guerra, manteniendo listas, haciendo copias de los documentos de los prisioneros, tomándoles fotos y realizando entrevistas, lo que ayuda mucho a las familias a encontrar a sus parientes".
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