La ley de Amnistía toma un cariz europeo. Tras el debate sobre el Estado de Derecho en la Unión, en el que la norma se sometió por primera vez al escrutinio público de los parlamentarios bajo la mirada de un atento Didier Reyders -el comisario de Justicia de la UE-, llegó el momento de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, rindiera cuentas ante los Veintisiete. El escenario fue un debate para valorar la presidencia española del Consejo de la UE, momento para brillar del socialista -que porta como estandarte de su Ejecutivo su papel en Europa-, hasta que ocupó la tribuna un veterano del Parlamento: el líder del PPE, Manfred Weber.
El alemán no dudó en poner contra las cuerdas a Sánchez y aprovechar el debate para poner sobre la mesa la amnistía y acusarle, con Carles Puigdemont presente, de mentir a la población española . "Un principio básico de la democracia es decirle la verdad a las personas antes de las elecciones", espetó Weber al inquilino de Moncloa, en una clara alusión a cómo este prometió que no daría alas al independentismo.
Fue una jornada marcada por la tensión, con un Sánchez beligerante que respondió con dureza a las declaraciones del 'titán' de Génova en Europa. El socialista reprochó a Manfred Weber su laxitud con la extrema derecha, y recordó los pactos del PP con Vox en nuestro país así como algunas de sus medidas: "¿Ese sería también su plan para Alemania, señor Weber? ¿Devolverle a las calles y plazas de Berlín el nombre de los líderes del Tercer Reich? Pues eso es lo que están haciendo sus aliados del PP español con la ultraderecha de Vox y los insignes franquistas donde gobiernan".
Las alusiones al nazismo condenaron la conversación ante un Weber que comenzó a gesticular 'pidiendo puerta' para el socialista. El alemán no dudó en pedir la réplica para 'sentenciar' al presidente del Gobierno: "En mi país, los demócratas se reúnen y encuentran un consenso entre izquierda y derecha. Él hace lo contrario".
Manfred Weber, el brazo ejecutor de Génova en Europa
La formación más multitudinaria de la Eurocámara es el Partido Popular Europeo y, desde 2014, a la cabeza de este se encuentra un bávaro que aspiró a presidir la Comisión Europea: Manfred Weber. Bajo su mando están los 177 eurodiputados con prioridad en el Parlamento. Esta condición ha convertido a Weber y sus socios en el azote del Ejecutivo de Sánchez en Europa, donde los 'populares' son mayoría.
Los simbolismos en el choque entre el alemán y el madrileño pueden remontarse, incluso, hasta 2019, año en el que la presidencia de la Comisión Europea recayó sobre Ursula Von der Leyen. Weber estaba también detrás del puesto, pero su carrera hacia el cargo se vio frustrada por su compañera en el PPE. Ambos encarnaban derivas distintas para los 'populares': Von der Leyen seguía la estela de Donald Tusk, más moderada y prudente ante la extrema derecha europea, y Weber mostraba una mayor laxitud ante ella. A pesar de todo, todas las quinielas apuntan a que el 'popular' tratará de destronarla en las elecciones de 2024.
De 2019 hasta hoy, las relaciones entre todos son claras: la complicidad entre Sánchez y la presidenta de la Comisión es más que visible, mientras que la oposición en Europa del alemán ante Sánchez ha ido en aumento hasta estallar este martes.
Manfred Weber nació en Niederhatzkofen (Alemania) el 14 de julio de 1972, y ha dedicado su vida política a la familia conservadora. Es miembro de la Unión Social Cristiana de Baviera, hermana en la región autónoma de la Unión Demócrata Cristiana, que se extiende en el resto de Alemania.
Su recorrido conocido comenzó en 1996, cuando fundó a los 24 años fundó la consultora DG Beratung GmbH. Ya entrado el nuevo milenio, en 2003, el bávaro se convirtió en el parlamentario más joven del estado. Tenía 31 años. Ese mismo año, y hasta 2007, pasó a ser el Presidente Regional de la Unión Juvenil de Baviera. Su relevancia entre los conservadores le valió entrar en la junta ejecutiva del CSU, así como, finalmente, en convertirse en el presidente de la formación en la Baja Baviera.
Su carrera en Europa es extensa. Desde que accedió a la Eurocámara en 2004 ha formado parte del Comité de Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Internos, ha sido sustituto en el Comité de Desarrollo Regional, meimbro de la Delegación para relaciones con la India, sustituto para la Delegación de relaciones con los países de la Comunidad Anda y también de la Subcomisión en Derechos Humanos. En 2009, reelegido para estar en la cámara, ascendió hasta convertirse en el vicepresidente del grupo del PPE en el Parlamento, y se asentó como responsable de la estrategia del grupo en el área de Justicia y Asuntos Internos.
La polémica defensa de Weber al gobierno de Viktor Orbán
El ascenso de Manfred Weber en el PPE se consumó en junio de 2014, cuando ocupó finalmente el liderazgo del grupo que mantiene a lo largo de casi una década. Su mandato comenzó, sin embargo, con una de las grandes crisis de los Veintisiete a lo largo de la historia, marcada por diferentes desavenencias políticas entre los Estados.
El punto de partida fue el informe Tavares de junio de 2013. El comité de la Eurocámara en Libertades Civiles, Justicia y Asuntos Internos (LIBE) publicó el estudio exponía el mal trato a los derechos fundamentales en la Hungría de Viktor Orbán. En ese momento, Weber lo rechazó alegando que era un ataque de la izquierda por motivos políticos al líder derechista.
Cinco años después el bávaro dio marcha atrás al aprobar el informe Sargentini, que llamaba al Consejo de la UE a aplicar el artículo 7 del Tratado -que permite suspender los derechos como miembro de la Unión a un Estado si viola de forma grave y persistente los preceptos del grupo- contra Hungría. No logró, sin embargo, el consenso entre sus socios: 57 miembros del PPE votaron contra el informe, 28 se abstuvieron y 20 estuvieron ausentes.
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