Internacional

"¿Cómo puede gobernar el PSOE con un partido complaciente con Hamás y que no apoya a Ucrania?"

Manuel Valls, ex primer ministro francés, vivió desde su cargo los ataques terroristas de radicales islámicos contra la revista satírica Charlie Hebdo. Ahora, ha viajado a la frontera con Gaza para solidarizarse con el pueblo israelí tras los ataques de Hamás

Manuel Valls, el ex primer ministro francés, ha viajado a Israel para reunirse con las familias de las víctimas de Hamás, hacerse una idea precisa de la situación sobre el terreno y entrevistarse con responsables políticos, militares y expertos en plena guerra. Lo entrevistamos para 'Vozpópuli'.

-Ha viajado a Israel en estos momentos, ¿qué le ha traído hasta aquí?

-Siempre he sido amigo de Israel. En esta terrible prueba que está viviendo, quiero ofrecer mi apoyo a un pueblo con el que compartimos tantos valores, a un país que es la única democracia de la región y que tiene el derecho y el deber de defenderse. También he querido reunirme con las familias de las víctimas de las masacres y atrocidades -verdaderos pogromos que recuerdan los peores momentos de la historia del pueblo judío- del sábado 7 de octubre. 19 de mis compatriotas franceses fueron asesinados y 13 están desaparecidos o secuestrados.

-Hace unos días inauguró un monumento de homenaje a Samuel Paty, el profesor decapitado por un islamista en octubre de 2020, y hace cuatro días acaba de ser asesinado con arma blanca otro profesor de instituto, Dominique Bertrand, en Arras: ¿qué semejanza hay entre ambos hechos?

-Obviamente, es lo mismo. Un profesor asesinado de nuevo simplemente porque enseñaba Historia y Geografía. Por un joven terrorista, radicalizado en su familia. Estoy tan triste… e indignado también. Algunos creen que el yihadismo actúa de forma intermitente, cuando en realidad ataca constantemente a Francia y a nuestros valores, y a las democracias occidentales. España, que sufrió los atentados islamistas de 2004 en Madrid y de 2017 en Barcelona, no es inmune a esta amenaza. Puede actuar también silenciosamente en las redes sociales, en los barrios de la periferia y en las cárceles. Esta ideología totalitaria ataca lo que somos, una cultura de libertad.

Hamás y el antisemitismo en Francia

-¿Teme un recrudecimiento del antisemitismo en Francia, donde vive una importante comunidad judía tras los atentados de Hamás?

-En efecto, y por desgracia ya es el caso, los actos antisemitas se han disparado en los últimos días. La primera decisión del gobierno francés fue proteger las escuelas y sinagogas judías. Pero no nos equivoquemos, son todos los franceses y nuestros valores los que están en el punto de mira del islamismo. Me preocupan las próximas semanas. No debemos bajar la guardia.

La France Insoumise ha decidido convertir a los hijos de los inmigrantes en un mercado electoral (...). Sus dirigentes ya estuvieron presentes en manifestaciones gritando "muerte a los judíos" con el pretexto de luchar contra la islamofobia

-¿Qué opinión le merece la actitud de ciertos dirigentes de La France Insoumise, partido principal de la Nupes [unión de las izquierdas, incluido el Partido Socialista y el ecologismo], en relación con los atentados?

-La izquierda radical quería destruirme [Valls se presentó a las primarias del Partido Socialista para ser candidato a las Presidenciales, en 2017], para acabar cediendo a todo tipo de componendas. Pero lo que no han entendido es que su pacto fáustico con el islamismo político será su propia perdición. Los totalitarismos siempre han devorado a sus "idiotas útiles". Y la historia nos ha demostrado que nunca hay que pactar con el totalitarismo.

Hay una izquierda que se niega a calificar a Hamás de organización terrorista. No tiene nada que ver con la izquierda reformista y republicana. Por eso propongo un cordón sanitario contra este grupo político: la France Insoumise

-¿Hay una crisis en la izquierda francesa y europea en general?

-Hay una izquierda que excusa la violencia urbana del verano pasado en Francia, que generaliza su acusación de racismo contra toda la policía, que invita a sus mítines al rapero antisemita Médine, que se opone a la prohibición de la abaya en las escuelas públicas y que se niega a calificar a Hamás de organización terrorista. No tiene nada que ver con la izquierda reformista y republicana. Por eso propongo un cordón sanitario contra este grupo político. La France Insoumise ha decidido convertir a los hijos de los inmigrantes en un mercado electoral. Mis dudas sobre la verdadera cara de ese partido no son nuevas. Sus dirigentes ya estuvieron presentes en manifestaciones gritando "muerte a los judíos" con el pretexto de luchar contra la islamofobia. Es un paso más en su naufragio político y moral. Jean-Luc Mélenchon y sus amigos se niegan a ver que Hamás no oculta su antisemitismo estructural y su odio a Israel, ejerce una dominación aplastante sobre las mujeres, condena a los homosexuales a los peores abusos, elimina y tortura a sus opositores y recluta a jóvenes en milicias armadas.

-Usted defendió a ultranza la libertad de expresión de Charlie Hebdo, cuando fue primer ministro, y le tocó hacer frente a los asesinatos de 2015: ¿qué les diría a los que han criticado ahora como inaceptable la portada de Charlie Hebdo de la semana pasada?

-Charlie Hebdo da en el clavo. Este periódico simboliza la libertad de expresión y la caricatura, el espíritu francés de Voltaire. Su redacción pagó con su vida en 2015. La izquierda anti-Charlie es la misma que hoy es incapaz de calificar a Hamás de grupo terrorista… y que coquetea con el antisemitismo. La portada de Charlie lo dice todo.

"Hamás se melenchoniza", equivalente a "se podemiza"; y en el bocadillo: "¡A ver si me lo superan!"
"Hamás se melenchoniza", equivalente a "se podemiza"; y en el bocadillo: "¡A ver si me lo superan!"

-En España, la ministra Belarra, y otras figuras de Podemos y de Sumar, no han querido calificar de terrorismo el ataque de Hamás… Belarra considera que la respuesta de Israel es "un intento de genocidio" del pueblo palestino, y pide a Sánchez que el Gobierno lleve a Israel ante la Corte Penal Internacional por crímenes de guerra… La Embajada de Israel en Madrid ha protestado por todo ello. ¿Qué opinión le merece?

-¡Pues es lo mismo que el partido el Mélenchon! O Jeremy Corbyn, expulsado del laborismo británico por permitirse el antisemitismo bajo la apariencia de antisionismo. Permítame recordarle que el antisionismo es la negación del Estado de Israel. El gran filósofo francés Vladímir Jankélévitch, antiguo miembro de la Resistencia durante la Segunda Guerra Mundial, lo teorizó hace 50 años: "Los judíos fueron perseguidos por ser judíos, no por sus opiniones o su fe (…). No se les reprochaba profesar esto o aquello, se les reprochaba serlo". Hasta cierto punto, este rechazo sigue extendiéndose a la existencia del Estado de Israel. Por eso condené enérgicamente la decisión de la alcaldesa de Barcelona, Ada Colau, de romper el hermanamiento con Tel Aviv, una ciudad abierta y progresista. Afortunadamente se ha restablecido por parte del nuevo alcalde).

-¿Tiene sentido hablar de genocidio del pueblo palestino?

-El mundo está conmocionado por las imágenes de horror absoluto: 1.400 hombres y mujeres han sido asesinados, familias, ancianos, niños, recién nacidos… ¡muestren un poco de decencia, es a Hamás a quien hay que procesar por crímenes contra la humanidad! Ha habido secuestros, violaciones y decapitaciones. Ha habido sangre, lágrimas y miedo. Pero eso sigue sin ser suficiente para la izquierda. Para ellos, la colonización es el peor crimen de todos. Israel es, según una fraseología bien establecida, considerado "un Estado colonial que practica el apartheid", por lo que cualquier medio de oponerse a él está justificado. Las palabras importan. Podemos criticar al gobierno del Estado hebreo -el pueblo israelí no deja de hacerlo, por cierto-, pero comparar a Israel con la Sudáfrica del apartheid es un grave error y un disparate. Peor aún, hablar de genocidio en relación con las víctimas civiles de Gaza es un error moral imperdonable. Equivale a relativizar la Shoah. Es intolerable.

Hablar de genocidio en relación con las víctimas civiles de Gaza es un error moral imperdonable. Equivale a relativizar la Shoah. Es intolerable

-Sánchez gobierna con esa izquierda radicalizada…

-Esta visión maniquea priva de toda lucidez a los dirigentes de esta izquierda populista, que encuentra legitimidad de hecho en la barbarie. Me pregunto cómo puede gobernar el PSOE con un partido que es complaciente con Hamás y no apoya a los ucranianos.

-Él pide un estado palestino ya…

-Pedir hoy, en este contexto, la creación de un Estado palestino, como ha hecho Pedro Sánchez, tiene poco sentido. Pero quiero ir más allá en mi análisis y ser franco. Sé que las consecuencias geopolíticas de la respuesta actual, y las consecuencias para la sociedad israelí, serán de gran alcance. Muchos intentarán sentar a Israel en el banquillo de los acusados. La guerra de imágenes será terrible. Por eso debemos ser inquebrantables en nuestro apoyo. Se trata de un conflicto más amplio. Los Hermanos Musulmanes están activos en Europa, apoyando a organizaciones terroristas como Hamás. Del mismo modo, las campañas de boicot contra Israel, el apoyo financiero que a veces presta Europa a organizaciones islamistas o vinculadas a estos movimientos, y el uso indebido de fondos de la UE para la corrupción o el terrorismo en Gaza deben reexaminarse a fondo, porque el conflicto no es sólo local o regional. Lo que está en juego es mucho más importante: nuestra civilización está en entredicho.

Entrevista a Manuel Valls

-¿Teme atentados a gran escala en suelo francés?

-Desgraciadamente, sí. Me persiguen las palabras de Latifa Ibn Ziaten (la valiente madre de uno de los soldados muertos en los atentados de 2012 en Montauban y Toulouse) al final del juicio a los cómplices de los terroristas: "Despertad, franceses, sois unos ingenuos". Después de cada atentado, la vida vuelve a la normalidad. Pero para los islamistas, y por tanto para los servicios de inteligencia, no existe la tranquilidad. Tras los atentados contra Charlie Hebdo y el Hyper Casher, expliqué a algunos alumnos de secundaria que su generación iba a tener que convivir con la amenaza del yihadismo. La lucha contra el islamismo es la lucha de nuestro siglo: debe movilizar no sólo a las fuerzas de seguridad y a la justicia, sino a toda la sociedad.

-¿Cree que la implicación de Irán está lo bastante acreditada como para plantearse tomar nuevas sanciones con ese país?

-No cabe duda de que Irán, que apoya a Hezbolá y Hamás, ha alentado esta ofensiva terrorista en un intento de romper el proceso de acercamiento entre Israel y Arabia Saudí iniciado con los Acuerdos de Abraham. Estados Unidos y Francia han advertido firmemente al régimen iraní contra cualquier intervención en esta guerra contra el terrorismo. La presencia de portaaviones estadounidenses en la región es una demostración de esta advertencia norteamericana. Irán ya está sometido a sanciones internacionales. Más que nunca, debemos impedir que Irán se dote de una bomba atómica.

El Hezbolá libanés y Hamás -que nunca ha apoyado ningún proceso de paz- están empeñados en destruir el Estado de Israel y acabar con la presencia judía

-¿Cuál debería ser la postura de la Unión Europea?

De norte a sur, Israel está rodeado de grupos terroristas enemigos que no tienen ninguna consideración por el conflicto israelí-palestino ni por la necesaria solución de dos Estados. El Hezbolá libanés y Hamás -que nunca ha apoyado ningún proceso de paz- están empeñados en destruir el Estado de Israel y acabar con la presencia judía. Muchos pretenden mantener la confusión, pero hay que instruir a la opinión pública, como ha hecho el presidente Macron: "Esto no es una guerra entre israelíes y palestinos, sino entre un grupo terrorista y una sociedad y unos valores democráticos". Tiene razón al pedir a Israel que responda "con firmeza y justicia", preservando en la medida de lo posible a la población civil palestina, cada vez más numerosa, rehén de Hamás. Esta debería ser la posición común de la Unión Europea, que también debe ayudar a crear un corredor humanitario para la población de Gaza.

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