El seísmo es de tal magnitud que Francia acudirá a las urnas tres años antes de los previsto. Un victorioso Jordan Bardella, el delfín de Marine Le Pen, pidió la disolución de la Asamblea Nacional tras conocer su aplastante victoria (31%) en unas elecciones europeas con valor de plebiscito para la gestión de Emmanuel Macron. Ante la sorpresa del resto de fuerzas políticas, el presidente aceptó el desafío y, por tanto, la apabullante derrota.
Cuando casi un 40% de los franceses han mostrado su apoyo a las dos formaciones de la derecha dura, es decir, la formación de Marine Le Pen y la de su sobrina Marion Marechal, que supera el 5% de los votos, el jefe del Estado ha preferido, según sus voceros, "clarificar" la situación política y convocar elecciones legislativas el 30 de junio y el 7 de julio. Se desdice así de sus declaraciones sobre unos comicios que "nada tienen que ver con la política nacional".
Nada obligaba a Macron disolver la cámara baja, pero esperar hasta 2027 en minoría en la Asamblea después de la enorme bofetada de las europeas habría supuesto un calvario que podría haber agudizado aún más la crisis de la "macronía", un conglomerado de formaciones centristas con aportación de tránsfugas socialistas y conservadores cuyo fuelle ha ido debilitándose tras siete años de presidencia.
Macron acepta así una apuesta que incluso le podría llevar a una cohabitación con fuerzas de oposición a su política. El inquilino del Elíseo no podrá optar a un tercer mandato en 2027; tiene tres años para frenar el avance de Marine Le Pen, la única política confirmada como candidato a la presidencia.
Si la tendencia mostrada en las urnas sigue su curso, no puede rechazarse como imposible una cohabitación entre el presidente Macron y un gobierno dirigido por Jordan Bardella. Lo que hasta ahora era producto de un fantasma político entre los "editócratas", hoy parece menos extravagante. Todo dependerá de los resultados del 7 de julio.
Bardella, ¿primer ministro de Macron?
Si RN obtiene una mayoría absoluta y, por tanto, el gobierno, Macron, desde la presidencia, hará lo posible para "quemar" a ese partido y desarmar a Le Pen antes de 2027, pero legitimará a RN. Una política de riesgo.
Por eso, algunos responsables políticos de la oposición hablaban de un "presidente pirómano", tras la decisión del Elíseo anoche. Macron podrá hacer una campaña contra la "ola reaccionaria" y verse obligado a compartir el poder con ella. Si el partido de Marine Le Pen no llega a la mayoría parlamentaria no sería tan grave, pues tendría tres años de combate para seguir preparando su sueño presidencial. En cualquier caso, el proceso de "desdiabolización" de RN ha dado sus frutos y Macron lo acaba de firmar.
El presidente Macron obliga a todas las fuerzas políticas, y en especial al conglomerado que le sostiene, a reorganizarse en menos de un mes para definir lo que serán sus últimos tres años de mandato. La izquierda, dividida entre el extremismo proHamás de La Francia Insumisa, dirigida por Jean-Luc Melenchón (9.5% ayer), un Partido Socialista que quiere revenir tímidamente a la socialdemocracia (14%), unos verdes "wokizados" (4,9%) y un Partido Comunista que no llegó ayer al 3%, deberá hacer esfuerzos y sacrificios para poder reunirse de nuevo en la alianza parlamentaria NUPES (Nueva Unión popular ecológica y social), la única manera de soñar con una fuerza legislativa consistente.
Crear un "Frente Popular" para frenar a la "extrema derecha" parece difícil en menos de un mes, pero no quitará a Jean-Luc Melenchón la idea de convertirse en primer ministro si la izquierda legara a obtener una mayoría en la que hoy nadie cree. Según el conducator de LFI, "Macron ha hecho bien en disolver la Asamblea, pues no tenía legitimidad para seguir con su política".
Para la derecha "moderada" de "Los Republicanos", que ayer quedaron relegados a un quinto puesto (7,6%), el reto para las legislativas sigue siendo existencial.
Entre un macronismo que le muerde a su izquierda y el crecimiento de Marine Le Pen a su derecha, deberá de esforzarse en creatividad para mantener su fuerza en la Asamblea, porque la erosión podría aumentar tras la ola iniciada por RN es las europeas.
Lo que nadie puede negar los resultados del partido de Marine Le Pen en las urnas europeas responden a lo que los sondeos de opinión reflejaban: una mayoría de franceses contra la inmigración masiva durante los siete años de presidencia de Macron; un aumento de la delincuencia que esos mismos ciudadanos ligan a los anterior, una crisis sin precedentes en la sanidad y la escuela pública…
Un rechazo, también, a un cierto comportamiento altanero hacia "los deplorables" de un presidente que algunos defienden por considerarle más inteligente que el común de sus compatriotas.
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