La detención de la diputada del Parlamento Europeo, Eva Kaili, abrió la veda del mayor escándalo de corrupción que empaña la imagen y credibilidad de la democracia europea. El diario alemán, DER SPIEGEL, ha obtenido cientos de documentos de la investigación, y sugieren que altos funcionarios tanto de Qatar como de Marruecos están involucrados en el escándalo y que la información que se ha hecho pública hasta ahora es solo la punta del iceberg. 

Pronto se tendrá una visión más amplia de los hechos después de que el exdiputado del Parlamento Europeo, Pier Antonio Panzeri, se convirtiera el pasado martes en testigo de cargo. Por lo cual, tendrá que testificar sobre la forma en que trabajaba su organización, los acuerdos con los países involucrados, las estructuras financieras… Del mismo modo, Panzeri también, según los fiscales belgas, está preparado para dar los nombres de otras personas involucradas, incluidas aquellas a las que afirma haber sobornado. 

A lo largo de la investigación, Qatar ha estado en el centro del escándalo desde el primer día. No obstante, hay muchos a los que les cuesta creer que la red de Panzeri se redujera exclusivamente al país anfitrión del Mundial. Hay quienes afirman que la trama comenzó a gestarse en 2018 con la recaudación de dinero de sobornos no sólo de Qatar, sino también de Mauritania y quizás incluso de Arabia Saudita. A los que, podrían sumarse otros que han estado comprando influencia de forma sistemática durante años, como son Kazajistán, Azerbaiyán y Rusia. Sin embargo, los funcionarios belgas pusieron su mirada precisamente en Marruecos desde el principio como el cerebro del plan. 

Según los documentos analizados por el periódico alemán, la investigación se inició debido a un aviso del servicio secreto de un país aliado a los belgas afirmando que una organización criminal en Bruselas estaba tratando de hacer valer los intereses marroquíes con la ayuda de parlamentarios europeos. Para abril de 2022, el Servicio de Seguridad del Estado de Bélgica (VSSE) se había convencido de que el caso representaba una "grave amenaza para la seguridad interna del país y para la continuidad del orden democrático y constitucional". En tales casos, los funcionarios de seguridad pueden implementar "medidas excepcionales", incluidas "medidas de acuerdo con el artículo 18/12": la vigilancia secreta de los sospechosos en sus hogares.

Influir en la UE en beneficio de Marruecos

Por lo cual, funcionarios del servicio secreto registraron la casa de Antonio Panzeri en Avenue Eugène Plasky en el barrio Schaerbeek de Bruselas. Encontraron una maleta debajo de la cama que contenía fajos de dinero en efectivo: un total de 380.050 euros en billetes de 50 euros. En la caja fuerte descubrieron otros 320.000 euros en billetes de 50, 100 y 200 euros. Antes de irse, los investigadores tuvieron cuidado de volver a colocar todo exactamente como estaba antes de que llegaran, y Panzeri no supo nada de la búsqueda. Panzeri continuó como antes, ahora bajo la estrecha vigilancia de la VSSE. Sin embargo, los investigadores recopilaron aún más pruebas que indicaban que su red aparentemente trabajaba en secreto para influir en las instituciones de la UE, especialmente en el Parlamento Europeo, en beneficio de Marruecos.

De hecho, se cree que el servicio de inteligencia exterior marroquí DGED y el propio director de ésta, Yassine Mansouri, estuvo directamente involucrado en el intento de influir en los parlamentarios de la UE. Según las pruebas reunidas por los investigadores, Mansouri se reunió con el eurodiputado Andrea Cozzolino, de quien también se cree que forma parte de la red de Panzeri, y posiblemente con el mismo Panzeri. De confirmarse la posible participación de la DGED, significaría que el escándalo y la cabeza del plan se extendería a los niveles más altos del estado marroquí. Ahora bien, en la investigación belga también se encuentra Abderrahim Atmoun, embajador de Marruecos en Polonia, quien tiene excelentes conexiones en Bruselas y París. El VSSE considera que fue éste quién dirigió las actividades del grupo Panzeri sobre el terreno. Es más, en 2014, publicó una foto en Facebook que lo mostraba junto a su "querido amigo" Panzeri.

El hecho de que el gobierno de Rabat aparentemente estuviera preparado para desplegar engaños en beneficio de sus intereses en Bruselas no es tan descabellado. Dos tercios del comercio exterior de Marruecos es con la Unión Europea, tal y como destacó recientemente el Alto Representante de la UE para Asuntos Exteriores, Josep Borrell, durante un viaje a la capital marroquí. También señaló que más de la mitad de toda la inversión extranjera en Marruecos proviene de la UE, lo que es, dijo, "difícil de superar". Además, dijo Borrell, Marruecos es el mayor receptor de fondos de cooperación de la UE en la región, con un total esperado de 1.600 millones de euros de 2021 a 2027. La Comisión Europea es responsable de decidir cómo se utilizará ese dinero. Sumado a esto, Marruecos también está interesado en el apoyo de la UE en la cuestión del Sáhara Occidental. Rabat ha ocupado grandes franjas de la región durante décadas y continúa resistiéndose a las demandas de independencia del pueblo saharaui. Por su parte, la UE cuenta con el gobierno marroquí para evitar que los inmigrantes africanos lleguen a Europa.

En comparación con Marruecos, los intereses perseguidos por Qatar parecen mucho más sencillos en cuanto consistiría limpiar su imagen, la cual, había sido manchada por informes sobre las condiciones de esclavitud experimentadas por muchos trabajadores en los años previos a la Copa del Mundo. En la misma línea, presuntamente Panzeri se había reunido con el embajador saudí en la Misión de Mauritania ante la Unión Europea. El diplomático "quería información sobre lo que se decía sobre su país en el Parlamento Europeo", asegura.

Las consecuencias del escándalo hasta el momento es la congelación de visas qataríes para viajar a Europa, así como un acuerdo tráfico aéreo. No obstante, si se corroboran las acusaciones hacia Marruecos, "habrá consecuencias", dice un funcionario de la UE. Las posibles sanciones, asegura éste, van desde la restricción de las relaciones diplomáticas y la cooperación de los servicios secretos hasta sanciones contra personas específicas.

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