La primera ministra de Reino Unido, Theresa May, iniciará el 29 de marzo el proceso de negociación para la salida de su país de la Unión Europea con la activación del artículo 50 del Tratado de Lisboa, según ha confirmado el Ejecutivo de Londres.
El representante permanente de Reino Unido ante la Unión Europea, Tim Barrow, ha notificado este lunes a la oficina del presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk, su "intención" de invocar el artículo 50 del tratado comunitario "el 29 de marzo". "Este anuncio cumple el compromiso de Reino Unido de activar el artículo 50 a finales de marzo de 2017", ha añadido el Gobierno británico.
El ministro responsable del 'Brexit', David Davis, ha recordado que el pueblo británico adoptó en junio de 2016 la "decisión histórica" de abandonar la Unión Europea y ha subrayado que el Gobierno está ahora "en el umbral de la negociación más importante para este país en una generación".
"El Gobierno es claro con sus objetivos: un acuerdo que funcione para cada país y región de Reino Unido y que, de hecho, funcione para toda Europa; una nueva alianza positiva entre Reino Unido y nuestros amigos y aliados de la Unión Europea", ha explicado Davis.
El anuncio llega después de que la reina Isabel II ratificara la semana pasada la ley que autoriza al Gobierno el inicio del proceso de desconexión de la Unión Europea. La 'premier' británica aseguró en el Parlamento, durante la tramitación de la norma sobre el 'Brexit', que invocaría el 50 del Tratado de Lisboa en marzo.
"Volveré a esta Cámara antes de que acabe el mes para notificar que he activado formalmente el artículo 50 y he comenzado el proceso con el que Reino Unido dejará la Unión Europea", aseguró May horas después de que el Parlamento diese luz verde definitiva a la conocida como ley del 'Brexit'.
El 'Brexit' supondrá, según sus propias palabras, "un momento decisivo" que sentará las bases de una "nueva relación" entre Londres y Bruselas. Además, Reino Unido deberá buscar "un nuevo papel en el mundo", si bien May sostiene que lo hará de nuevo con el "control" de sus fronteras y sus leyes.
La primera ministra tiene claro que el 'Brexit' afectará a "todo Reino Unido". "Por eso tenemos que trabajar estrechamente con todas las administraciones, también con el Gobierno escocés, escuchando sus propuestas y reconociendo las áreas comunes, como la protección de los derechos laborales y la seguridad frente al crimen y el terrorismo", señaló, en su comparecencia parlamentaria del 14 de marzo.
La frontera irlandesa es el otro gran frente territorial que se ha abierto para May, toda vez que el divorcio entre Reino Unido y la UE amenaza con aumentar los controles entre Irlanda del Norte e Irlanda.
Tanto escoceses como norirlandeses se agarran al argumento de que en sus respectivos territorios una mayoría de ciudadanos dijo 'no' al 'Brexit'.
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