Miles de hongkoneses han vuelto a las calles este sábado para exigir la retirada de la polémica ley de extradición a China continental, así como para protestar contra la violencia vivida en las anteriores manifestantes, tanto a manos de la Policía como de civiles armados afines al Gobierno de Pekín.
Esta vez, los manifestantes han marchado hacia Yuen Long, una localidad situada en los Nuevos Territorios, en el norte de la península de Hong Kong, donde el pasado domingo decenas de hombres armados con palos de bambú y varas de metal irrumpieron en la estación de tren para disolver a golpes la protesta. Al menos 45 personas resultaron heridas, incluido el diputado opositor Lam Cheuk Ting.
Los organizadores de la protesta, el Frente Civil para los Derechos Humanos, han acusado a las autoridades de Hong Kong de emplear a estos "matones" desde la Revolución de los Paraguas de 2014 para sofocar la disidencia. Se cree que serían miembros de la mafia china y residentes locales pagados por ésta.
A lo largo de la semana, ha habido amenazas de represalia a las que los líderes locales de Yuen Long han contestado que sus habitantes se defenderán si son atacados. En este contexto, más de 3.000 agentes se han desplegado en torno a la localidad hongkonesa para evitar nuevos incidentes.
400 manifestantes
Según el diario local South China Morning Post, una avanzadilla de 400 manifestantes se ha acercado peligrosamente a Yuen Long al grito de "triadas, triadas". "¿Por qué protegéis a las triadas?", han reprochado a los agentes.
Hong Kong ha sido escenario de numerosas manifestaciones desde el pasado 9 de junio, cuando un millón de personas se concentraron en el corazón financiero de la ex colonia británica para exigir la retirada de un proyecto de ley que permitiría entregar a la China continental a todos los acusados o condenados que pasen por el territorio.
El Gobierno de Carrie Lam ha suspendido el trámite parlamentario pero no ha retirado el proyecto de ley, por lo que las manifestaciones han continuado y se han extendido hasta exigir también la dimisión de la líder regional por su gestión de esta crisis política.
Pekín apoya al Gobierno
Pekín, por su parte, ha expresado su pleno apoyo al Gobierno de Lam y ha acusado a Reino Unido y Estados Unidos, entre otros países occidentales, de maniobrar a favor de las protestas en Hong Kong.
Hong Kong volvió a estar bajo soberanía china en 1997 pero con un estatus especial para que se mantuvieran los derechos y libertades instaurados durante la dominación británica, un encaje que el gigante asiático basa en el principio de "un país, dos sistemas".
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