Varios miles de personas han despedido este viernes en Jerusalén a la periodista Shireen Abu Akleh, muerta el miércoles mientras cubría una redada del Ejército israelí en Cisjordania y cuyo funeral estuvo marcado por una mezcla de desazón y enfado, además de por enfrentamientos entre algunos asistentes y la Policía. Los eventos de este viernes comenzaron con el traslado del cuerpo de la veterana periodista palestina desde el Hospital Saint Joseph, en el Este ocupado de Jerusalén, hasta la iglesia donde se realizó una ceremonia religiosa previa a su entierro.
Ante una multitud de palestinos, un grupo de personas salió cargando el féretro a hombros y se enfrentó con agentes de la Policía israelí, que golpearon a los presentes con bastones, por poco haciendo caer el ataúd de la periodista. El servicio de emergencias palestino Media Luna Roja informó de que 33 personas debieron ser atendidas producto de la carga policial contra los asistentes, y seis de ellas tuvieron que ser trasladadas a un hospital.
La Policía israelí, por su parte, señaló que "alborotadores lanzaron piedras y otros objetos hacia las tropas, que en respuesta actuaron para dispersarlos". Uno de los principales elementos de tensión, tanto en la salida del hospital como durante el resto de la jornada, fue que muchos de los presentes ondearon banderas palestinas, algo que las fuerzas de seguridad israelíes consideran una incitación a la violencia y una alteración de la paz.
Tras los incidentes en el hospital, el ataúd fue trasladado en un vehículo fúnebre a una iglesia greco-católica melquita de la Ciudad Vieja, también ubicada en la parte oriental ocupada de la urbe. Allí se congregaron cientos de fieles, tanto dentro como fuera de la iglesia, donde la esperaban amigos, vecinos, familiares y miembros de la comunidad local, así como diplomáticos y autoridades religiosas.
Durante poco más de una hora se celebró una misaa, mientras cientos de personas gritaban desde fuera en su apoyo a la periodista, un ícono en el mundo árabe tras 25 años de trayectoria en la cadena catarí Al Jazeera. Los presentes corearon lemas en recuerdo de Abu Akleh, además de una serie de eslóganes políticos y contra la Policía israelí, cuyos agentes cargaron contra ellos en más de una ocasión, desencadenando una serie de arrestos y violentos enfrentamientos.
La Policía indicó que un total de seis personas fueron arrestadas durante los servicios funerarios, que contaron con la asistencia de unas 10.000 personas, según medios israelíes.
Camino al cementerio
Ante una emocionada multitud, el féretro con el cuerpo de la periodista abandonó la iglesia cubierto con una corona de flores y fue llevado a hombros hasta el cementerio católico de Monte Sión, donde reposan sus padres. Varios miles de personas acompañaron la comitiva fúnebre en una tensa procesión, muy inusual en esta parte de la ciudad, decorada por una infinidad de banderas palestinas y carteles con la cara de Abu Akleh, y bajo los gritos de "queremos libertad", "Jerusalén es árabe" y "moriremos por Shireen".
Algunos de los presentes también arrancaron banderas israelíes, aunque sin generar una reacción dela Policía, cuyos efectivos no intervinieron durante el camino ni se hicieron presentes en el cementerio. Ya en el cementerio, se acabaron los gritos y la tensión dio paso a la tristeza, que se apoderó de los miles que se congregaron allí para dar el último adiós a la reportera, oriunda de la ciudad, cristiana y que contaba con doble ciudadanía palestina y estadounidense.
Con el sonido de las campanadas de fondo, bajo un sol radiante y una multitud en absoluto silencio, sus familiares le dieron el último adiós antes de enterrarla y colocar sobre su tumba una bandera palestina y una corona de flores, seguido por un aplauso generalizado.
Entre ellos estaba un alto cargo de Al Jazeera, llegado especialmente desde Catar y que, al igual que la Autoridad Nacional Palestina (ANP) y varios periodistas que estaban con Abu Akleh cuando murió, responsabilizaron a las tropas israelíes por el disparo que acabó con su vida.
Investigación de su muerte
El Gobierno israelí, por su parte, ha acusado inicialmente a milicianos palestinos y luego enfatizó que por el momento es imposible determinar quién efectuó el disparo, remarcando la necesidad de llevar a cabo una investigación conjunta, algo a lo que la ANP se niega.
Un informe difundido este viernes por el Ejército con los primeros resultados de la investigación inicial reitera la imposibilidad de llegar por ahora a una conclusión certera, algo que también indicaron los médicos palestinos que le realizaron la autopsia el día de su muerte.
"No es posible determinar inequívocamente el origen del disparo", ha apuntado este viernes un portavoz militar israelí, sobre la bala que impactó en la cabeza de Abu Akleh durante la mañana del miércoles, mientras cubría enfrentamientos entre las tropas y milicianos palestinos en Yenín, al norte de Cisjordania ocupada y de los sitios más calientes de la región.
El funeral de este viernes ha marcado el final de tres días seguidos de ceremonias en honor a la periodista, que comenzaron el mismo miércoles en ciudades del norte de Cisjordania, siguieron este jueves con un funeral de Estado en el palacio presidencial palestino de Ramala y culminaron hoy con su entierro en Jerusalén.
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