Mohamed VI ha reaparecido este martes en Marrakech para visitar a los heridos tras el devastador terremoto que ha devastado varias zonas de Marruecos. El rey del país vecino ha visitado Hospital Universitario de Marrakech que lleva su nombre 72 horas después de que un seísmo de magnitud 7 sorprendiera a miles de personas en la ciudad y en las aldeas colindantes.
Con casi 3.000 muertos y más de 5.000 heridos, Marruecos lleva cuatro días sumida en el caos provocado por una catástrofe natural que ha reducido a polvo poblaciones enteras. Muchos han criticado que el monarca alauí no se dejara ver por las zonas afectadas y han afeado la falta de apoyo por parte del Gobierno marroquí a las víctimas.
Mohamed VI ha llegado a Marrakech escoltado por una gran comitiva de seguridad con más de 40 vehículos. El Rey ha visitado la unidad de cuidados intensivos y la unidad de hospitalización de las víctimas del terremoto, según ha informado el medio Le 360. Las imágenes difundidas por medios locales muestran al monarca charlando con alguno de los heridos y donando sangre como gesto de apoyo a las víctimas.
Tras 20 minutos en el centro hospitalario, ha salido a saludar a las personas concertadas en los alrededores del edificio y, pronto, ha vuelto al interior de su coche.
Los medios marroquís avanzan que tras la visita al hospital Mohamed VI viajará al campamento de Asni, -una de las zonas más afectadas por el seísmo- situado a unos 48 kilómetros de Marrakech. Allí se alojan alrededor de 200 personas que se han quedado sin hogar o que no pueden volver a sus casas por miedo a un derrumbe. Asimismo, el ejército ha construido un hospital de campaña para atender a los heridos.
Tardía reacción del monarca
La visita del representante marroquí es la segunda aparición pública que el monarca ha hecho desde que tuvo lugar el seísmo. Mohamed VI hizo una aparición pública después de reunirse el pasado sábado con responsables civiles y militares con el fin de despegar un programa de emergencia para atender a las víctimas de la catástrofe y se decretó tres días de luto oficial.
No obstante, el plan de actuación llegó tarde. El ejército recibió órdenes 13 horas después de que el temblor dejara incomunicados y bajo los escombros a decenas de habitantes.
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