Amal Clooney, la esposa del actor George Clooney, defiende a los hijos del dictador Gadaffi y a su jefe de espionaje para que no sean condenados a muertes. Saif Gadaffi y el jefe de inteligencia Abdullah al-Senussi fueron sentenciados a muerte por los tribunales de Trípoli la pasada semana por crímenes contra el pueblo libio.
La firma legal en la que trabaja la esposa de Clooney, especializada en derechos humanos, representa a ambos y alega que para ser juzgados de manera justa deben pasar por el Tribunal Penal de La Haya. Amal ha sido una de las principales ponentes en el caso, que ha sido escuchado por el Tribunal Penal Internacional, que no cobtempla la pena de muerte como opción. Está previsto que los condenados sean ejecutados por un pelotón de fusilamiento.
"El juicio se ha llevado en una atmósfera de miedo extremo, inseguridad e intimidación. Los jueces y la defensa han sido amenazados", cuenta al Daily Mail Ben Emmerson, uno de los abogados que ha llevado el caso. "Nos han negado repetidas veces el acceso a nuestros defendidos, lo que demuestra la deriva del sistema judicial libio", abunda el abogado.
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