Al menos 21 soldados murieron en la tarde del lunes después de que se derrumbaran sobre ellos dos edificios con explosivos en el centro de la Franja de Gaza, en el que constituye el suceso más mortal para las tropas israelíes desde el inicio de la ofensiva terrestre en el enclave, el pasado 27 de octubre.
"Por lo que sabemos, alrededor de las 16.00 horas los terroristas dispararon un RPG contra un tanque que protegía a las fuerzas y al mismo tiempo se produjo una explosión en dos edificios de dos pisos", ha anunciado este martes el portavoz del Ejército, Daniel Hagari.
El portavoz ha confirmado a los medios hebreos que se está investigando las causas del accidente, en concreto si la explosión fue el resultado de las minas colocadas por las propias tropas.
El incidente se produjo en el centro de la Franja, cerca de la comunidad fronteriza de Kissufim, donde el Ejército anunció que las tropas estaban destruyendo estructuras de los islamistas de Hamás, a fin de crear un perímetro de seguridad que "permitiera a los residentes de las comunidades fronterizas israelíes regresar a sus hogares".
El primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu, ha confesado que "ayer fue uno de los días más difíciles desde el inicio de la guerra", según un comunicado en hebreo recogido por EFE, y ha empatizado con el dolor de las familias de los "heroicos guerreros". "Sé que para estas familias sus vidas cambiarán para siempre", ha expresado el mandatario.
El número total de bajas en las filas israelíes asciende a 219 con los fallecidos de ayer desde el inicio de la ofensiva terrestre, a lo que hay que sumar unos 330 contando los soldados muertos durante el brutal ataque de Hamás el 7 de octubre en suelo israelí.
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