Ocho personas han muerto y tres han resultado heridas en un ataque armado a una sinagoga de Jerusalén, según han informado fuentes policiales a las que cita Europa Press. El atentado se ha producido en Neve Yaakov, un asentamiento y barrio israelí ubicado en Jerusalén Este, apenas un día después de la "masacre" en el campo de refugiados de Yenín, en lo que podría ser una represalia por la parte palestina a los hechos.
El tirador, recoge la policía, disparó contra un grupo de israelíes desde un automóvil cuando salían del templo. Decenas de agentes se han movilizado al lugar de los hechos, según recoge The Times of Israel. Por el momento, el diario recoge que el atacante era un tirador que disparó contra las víctimas y que ya fue abatido por las fuerzas del orden.
"El terrorista que disparó fue neutralizado en el lugar", informó por su parte la Policía israelí. Las ambulancias han acudido al lugar de los hechos para atender a los, entonces, diez heridos, pero cinco fueron declarados muertos en la escena, y tres más a lo largo de la tarde.
De las víctimas, quedan tres heridos: una mujer de 70 años en estado crítico, una de 20 años en estado grave y una de 14 años en estado moderado a grave, que están siendo tratadas en el Hospital Hadassah Mount Scopus.
Tras el ataque, el movimiento islamista Hamás, que gobierna de facto la Franja de Gaza, celebró el ataque a través de los altavoces de las mezquitas, pero sin adjudicárselo. También se escucharon disparos al aire -un gesto de celebración habitual entre las comunidades árabes de la región- en el enclave costero mientras numerosos automovilistas sonaban sus bocinas gritando "Dios es grande".
La policía israelí ha calificado el ataque como "terrorista", aunque no ha desvelado aún la identidad o motivos del agresor.
Ataque un día después de la escalada de violencia en Yenín
El atentado se ha producido apenas un día después de los choques entre las autoridades israelíes y los combatientes de la Yihad Islámica en el campo de refugiados de Yenín, que cerró la jornada del jueves con diez muertos del lado palestino, algunos de ellos civiles.
El suceso, que la Autoridad Palestina calificó como una "masacre", desató la ira entre la población palestina, y provocó una respuesta desde Gaza por parte del grupo terrorista Yihad Islámica o de Hamás, que aseguró que Israel "pagaría el precio por la masacre".
La respuesta Palestina salió de la Franja de Gaza con el lanzamiento de varios cohetes contra terreno israelí, a lo que el país gobernado por Benjamín Netanyahu respondió con un bombardeo contra la franja poco después.
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