“En los últimos días, se ha confirmado la muerte de cinco empleados de UNRWA. Eran maestros, médicos y enfermeras al servicio de los más vulnerables”, ha anunciado en su red social X el comisionado general de la Agencia de Naciones Unidas para los Refugiados de Palestina en Oriente Próximo (UNRWA), Philippe Lazzarini, que ha cifrado en 284 el total de muertos desde que empezó la ofensiva israelí.
"Lo peor está por venir, dada la invasión terrestre en marcha, que separa el norte del sur", ha manifestado temeroso, en referencia al redespliegue de militares israelíes en el corredor de Netzarim, del que se habían retirado a principios de febrero, y las advertencias del Ejército de Israel contra el desplazamiento a través de la carretera de Saladino, que conecta el norte y el sur del enclave.
El Ejército israelí reinició el martes sus bombardeos contra la Franja, dejando hasta ahora más de 430 muertos, entre ellos más de 180 niños, y cientos de heridos, rompiendo así el alto el fuego en vigor desde el 19 de enero, lo que ha desatado una oleada de críticas internacionales.
Ha denunciado que “el asedio al enclave devastado por la guerra se intensifica. Desde hace casi tres semanas, las autoridades israelíes siguen prohibiendo la entrada de cualquier ayuda humanitaria o suministros comerciales básicos”
Las palabras de Lazzarini llegan un día después de que el director ejecutivo de la Oficina de la ONU de Servicios para Proyectos (UNOPS), Jorge Moreira da Silva, confirmara la muerte de un trabajador del organismo en un ataque contra un edificio de la agencia en Gaza. El Ejército dijo que investigaría el suceso, si bien en un inicio desvinculó a sus tropas del incidente. Lazzarini ha querido dar su pésame también por esta muerte. "Nuestro más sentido pésame a nuestros colegas de por su trágica pérdida y nuestros deseos de una pronta recuperación para nuestros compañeros heridos".
"Esto acaba de empezar"
Tras los bombardeos, el presidente israelita, Benjamin Netanyahu, advirtió en un video de que "nada nos impedirá lograr todos nuestros objetivos de guerra". Y afirmó que esto era "solo el comienzo".
El primer ministro israelí afirmó que ahora las negociaciones con Hamás continuarán "sólo bajo el fuego" y que Tel Aviv no parará hasta que ya "no represente ninguna amenaza": "Esto es sólo el principio".
Ante las críticas de los familiares de los secuestrados defendió su posición y dijo que la "presión militar es una condición crítica" para liberar a los cautivos.
Mientras, los terroristas de HAMAS han lanzado un comunicado en el que dejan caer un sutil amenaza sobre los secuestrados "la decisión de revocar el acuerdo de alto el fuego, expone a los prisioneros en Gaza a un destino desconocido", escribió el grupo islamista en un comunicado.
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