La vida de Isabel II, fallecida el jueves 8 de septiembre, a los 96 años de edad, tras más de 70 años de reinado, ha dado para muchos capítulos, de ahí que tenga varias películas y series que relatan su biografía. Sin embargo, lo más curioso y desconocido es lo que se refiere a su vida personal.
La soberana tuvo una complicada y mala relación con Diana de Gales (Lady Di), la primera mujer de su hijo, el actual rey Carlos III, antes príncipe Carlos de Inglaterra. Su relación con sus cuatro hijos (Carlos, Ana, Andrés y Eduardo), nacidos de su matrimonio con el príncipe Felipe, duque de Edimburgo, también pasó por diferentes etapas y fueron su hijo y su nieto favoritos los que más le hicieron sufrir.
La relación con sus cuatro hijos ha tenido muchas luces y sombras, al igual que también pasó con la que tenía con sus ocho nietos: el príncipe Guillermo, su hermano el príncipe Harry, Beatriz de York, su hermana Eugenia de York, Peter Philips, su hermana Zara Tindall, Lady Louise Windsor y su hermano el vizconde Servern. A pesar del hermetismo que ha envuelto siempre a Buckingham, te contamos los episodios más destacados que marcaron la relación de Isabel II con sus hijos, nietos y bisnieto.
La relación de Isabel II con el príncipe Harry perjudicó a sus dos bisnietos
Isabel II estuvo muy unida a sus ocho nietos y doce bisnietos. La mayor parte de ellos fueron su gran apoyo sobre todo tras la muerte de su marido, el duque de Edimburgo, el 9 de abril de 2021 a los 99 años de edad.
Sin embargo, con los que tuvo menos relación en los últimos años fue con el príncipe Harry, hijo pequeño de Carlos y Lady Di, después de que este y Meghan Markle decidieran apartarse de la familia real británica y abandonar el Palacio de Buckingham, lo que se conoce ya popularmente como el 'Megxit'.
Esto perjudicó también la relación con sus dos nietos, Archie y Lilibet Diana, a los que pudo ver en contadas ocasiones para tristeza de ella. La soberana no conoció a 'Lili' hasta junio de 2022, un año después de su nacimiento, con motivo de las celebraciones del Jubileo de Platino de la monarca.
Su nieto preferido, el príncipe Harry: de sus escándalos a su distanciamiento
Tras haber inculcado a sus hijos una educación exigente, la reina Isabel II fue más condescendiente y cercana con las generaciones que vinieron detrás, con sus nietos y bisnietos.
Su nieto favorito fue el príncipe Harry. En una entrevista reciente, el príncipe aseguró que la reina Isabel "solo hablaba con él de algunas cosas que no podía hablar con nadie más". Sin embargo, Harry (Enrique) le dio más de un quebradero de cabeza a su abuela tras protagonizar varios escándalos muchos de ellos relacionados con el alcohol y las fiestas que se daba en las que acababa bastante perjudicado. Su largo historial de novias y su vida privada siempre han suscitado mucho interés.
Se han publicado imágenes de él borracho, también salió a la luz una foto de él desnudo en un hotel en Las Vegas, otra con un disfraz nazi para una fiesta de Halloween, incluso 'The Sun' publicó una fotografía en la que salía tocándole un pecho a una joven, bajo el titular de 'Dirty Harry' ('Harry el sucio').
Harry encontró en Meghan Markle una estabilidad, se casaron el 19 de mayo de 2018, al año siguiente nació su primer hijo Archie Harrison Mountbatten-Windsor y un año después, el 8 de enero de 2020, el matrimonio tomó una drástica decisión: anunció su salida de la casa real británica. Esto supuso que renunciaron a sus funciones reales y a sus títulos de Altezas para buscar su independencia económica y es fueron a vivir a California (Estados Unidos).
Entonces, Isabel II comenzó a tomar distancia con el hijo pequeño de Carlos de Inglaterra y la princesa Diana y su relación se complicó tras desmarcarse de los Windsor. A la Reina le dolió mucho la salida del duque de Sussex, así como las decisiones que fue adoptando después, lo que llevó a Isabel II a romper públicamente con ellos.
Además hay que sumarle las entrevistas que han concedido Harry y su mujer, Meghan Markle, criticando a la familia real británica, tachándola de racistas y de poco menos que haberles hecho la vida imposible. De hecho la actriz de 'Suits' llegó a confesar que pensó en suicidarse.
Esta relación distante que mantuvieron en los últimos años, Isabel II y su nieto Harry, también afectó a la relación de la Reina con sus bisnietos, Archie y Lilibet Diana (Lili), a esta última no la llegó a conocer
Su nieto mayor Peter Philips protagonizó otras polémicas
También ha tenido que enfrentarse a los escándalos que protagonizó su nieto mayor, Peter Phillips, cuando se conoció que en pleno confinamiento por el covid viajó a Escocia, a casa de una amiga de su hermana, la millonaria Lindsay Wallace, cuando aún estaba casada, lo que suscitó rumores de que mantenían una relación.
Tres meses después, Peter volvió a acaparar todas las miradas al anunciar su divorcio con la que era su mujer, Autumn Kelly, en junio de 2021. Meses después se confirmó que Peter y Lindsay son pareja e Isabel II le dio el visto bueno.
Beatriz y Eugenia de York, salpicadas por los escándalos de su padre, el príncipe Andrés
El resto de sus nietos de Isabel II no han acaparado titulares por polémicas como estos dos últimos si no que se han mantenido en un plano más discreto, como es el caso de las hermanas Beatriz y Eugenia de York, el príncipe Guillermo, Lady Louise, James o Zara Phillips. Con todos ellos, Isabel II ha tenido una relación excelente.
De las hijas del príncipe Andrés y Sarah Ferguson, Beatriz y Eugenia de York, solo ha trascendido a los medios la mala relación que mantenían con Kate Middleton e incluso con Meghan Markle, según apunta la prensa, por los celos. Las dos hermanas se sentían relegadas a un segundo plano tras su llegada.
Además se produjo un episodio que enfadó mucho a Eugenia, que recoge el libro 'Royals at War', y es que la duquesa de Sussex hizo público su embarazo el mismo día que ella su boda con Jack Brooksbank, quitándole el protagonismo.
Eugenia y Beatriz se han visto salpicadas por los escándalos de su padre, el príncipe Andrés, acusado de abusos sexuales a una menor, a Virginia Giuffre, una de las víctimas de la red de explotación de Jeffrey Epstein, como te contamos más adelante. Después se vio implicado en otro escándalo, de estafa, en la que podrían verse involucradas.
La reina Isabel sufrió mucho con su hijo, el príncipe Andrés, su favorito y el más problemático
Isabel II tuvo una relación distinta y atípica con cada uno de sus hijos: Carlos, Ana, Andrés y Eduardo, ya que sus nacimientos se produjeron en diferentes etapas de su reinado, por lo que tenía que atenerse a las exigencias o viajes de ese momento. A sus hijos les criaron institutrices y vivieron una infancia un poco en soledad, sin la figura de su madre, que estaba dedicada en cuerpo y alma a ser la reina de Inglaterra.
Pero si hay alguien de la familia que más ha hecho sufrir a la reina Isabel II, ese ha sido a su hijo preferido, el príncipe Andrés, el héroe de guerra condecorado, el más carismático aunque muchos lo describieron como un "cabeza hueca" pero al que otros tantos preferían como el heredero al trono más que a Carlos. Sin embargo, todo esto cambió cuando se le acusó de un presunto delito de abuso sexual a una menor, relacionado con el magnate financiero y pedófilo Jeffrey Epstein.
En enero de 2022, Isabel II le retiró todos los títulos militares y los patronatos reales, según anunció el Palacio de Buckingham, algo que sucedió tras anunciase que sería juzgado en Estados Unidos por el mencionado delito.
A pesar de estar involucrado en el mayor y más grave escándalo que ha protagonizado la familia real británica, Isabel II nunca le dejó solo ni se apartó de su lado. Llegó a enfrentarse con su hijo Carlos y su nieto Guillermo (Willy) por ejemplo el día del funeral del duque de Edimburgo ya que ellos no querían que Andrés estuviera allí. Sin embargo, la Reina salió de la iglesia cogida de su brazo.
Su relación con el príncipe Carlos de Inglaterra
El príncipe Carlos, Charles Philip Arthur George, nació el 14 de noviembre de 1948 en una habitación del palacio de Buckingham. El retoño fue fruto del amor del matrimonio, la heredera al trono británico en aquel entonces se casó enamoradísima de su marido un año antes. En febrero de 1952 fue cuando Isabel se convirtió en la reina de Inglaterra.
En 1980 fue cuando Carlos comenzó su relación con Diana Spencer, una joven a la que Isabel dio el visto bueno ya que le parecía "encantadora y apropiada". Además, el padre de Diana era el ecuestre de la reina, el oficial a cargo de los caballos de la realeza, y sus abuelas eran damas de honor de la reina madre. La reina madre apoyó la boda aunque probablemente era conocedora ya de que existía otra mujer en la vida de su hijo, Camilla Parker.
Al poco tiempo, la relación con su hijo y con su nuera se comenzó a enturbiar y complicar por la infidelidad de su hijo a Lady Di. Al final, la Reina se cansó y en 1995, envió cartas a Carlos y Diana aconsejándoles que se divorciasen. A finales de agosto de 1996, llegó el divorcio.
El noviazgo de Carlos con Camilla Parker enturbió más la relación
Después, la relación madre e hijo se vio aún más tocada cuando el príncipe Carlos presentó a Camilla Parker como su nueva pareja. Isabel II la hacía responsable de haber arruinado el matrimonio del heredero, y por consiguiente que la Corona hubiera sido humillada.
La Reina vetó a Camilla la entrada al Palacio, según publicaron los medios. Su enfado con lo sucedido era tal que cuando su hijo Carlos cumplió 50 años, ella no fue a la fiesta porque estaba Camilla. En 2004, Carlos llegó a decir: “Nadie sabe lo infernal que es ser el príncipe de Gales”.
Isabel II tampoco asistió a la boda de la pareja en el año 2005, ni su marido, el duque de Edimburgo. No fue hasta al cabo de dos años cuando Isabel II y su nuera protagonizaron su primer acto público juntas.
Su relación fue mejorando poco a poco y acabó teniendo una buena relación con ella y con su hijo como ha quedado a la vista. Antes de su muerte, la reina Isabel II dejó por escrito algo muy importante: "Es mi sincero deseo que, cuando llegue ese momento, Camila sea conocida como reina consorte mientras continúa con su leal servicio". Unas palabras que eran la prueba de la buena relación que existía entre la monarca y la mujer de su hijo.
La relación con sus otros hijos
Su hija Ana, Anne Elizabeth Alice Louise, es de carácter alegre y decidido. Fue la cómplice de su madre. Además compartían aficiones: su amor por los caballos (Ana es una experta jineta) y el sentido del deber y la responsabilidad. Ana fue el primer miembro de la monarquía en competir en los Juegos Olímpicos en 1976. También se la considera “la más trabajadora de la familia real”
Eduardo, el cuarto y último hijo, fue también el más discreto, como Ana, y como suele pasar en muchas familias numerosas, al ser el último hijo, es al que menos atención le ponían sus padres. Acabó siendo un poco rebelde y díscolo.
Según la biógrafa Ingrid Seward, Eduardo creció en el palacio de Buckingham sintiéndose “solo y desplazado” por sus otros hermanos. Además de ser el menor de la familia también ostentaba un título menor, él es conde, mientras que Carlos y Ana son príncipes y Andrés es duque de York.
El conde de Wessex al igual que el resto de sus hermanos varones, entró a la Marina Real pero abandonó en mitad de la instrucción, algo que desilusionó a la Reina. Después inició una carrera como productor televisivo lo que provocó el enfado de Isabel II y de toda la familia.
En cuanto a su vida amorosa, esta ha sido más tranquila que la de sus hermanos. Se casó en 1999 con Sofía Rhys Jones, de gran parecido físico a Lady Di. La mujer de Eduardo se convirtió en su nuera favorita aunque tampoco tenía más opciones.
Su discreción, su amor a los caballos y su trabajo en 70 organizaciones benéficas eran algo que entusiasmaba a Isabel II. El hecho de que la reina de Inglaterra desobedeciera los protocolos y fuera a visitarla por el parto complicado que estaba teniendo se interpretó como una gran muestra de su cariño de la soberana a su nuera, según recoge 'Infobae'.
Cuando Eduardo cumplió 55 años, Isabel II le hizo un regalo muy especial, le concedió otro título nobiliario, el de Conde de Forfar.
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