"London Bridge is down". Si alguien dijera esas palabras a la primera ministra británica, Theresa May, le estaría anunciando, en clave, el final de una época. Se trata del código secreto al que se recurrirá en el caso de la muerte de la reina Isabel II, según desveló el diario The Guardian citando a fuentes conocedoras, aunque oficialmente nada se sabe al respecto. El Palacio de Buckingham no comentó la información."Toda mi vida, sea corta o larga" prometió dedicar a sus súbditos al cumplir 21 años la que después se convertiría en reina de Inglaterra. Ya lleva 65 años en el trono y tiene 90 años.Curiosamente, se dice que es la única que subió a un árbol siendo princesa y bajó siendo reina, porque recibió la noticia de la muerte de su padre, Jorge VI, cuando se encontraba con su marido Felipe en un hotel de árboles en Kenia. El código secreto para la muerte de su padre habría sido "Hyde Park Corner".
Tres reuniones al año
Desde hace más de 50 años, según The Guardian, se planea qué hacer en el caso de muerte de la reina y desde hace unos 20 años se afinan todos los detalles. Entre tanto, los implicados, entre ellos representantes del Gobierno y el Ejército, se reúnen dos o tres veces al año, señala la información.The Guardian no cita el nombre de su fuente, que asegura sin embargo conocer muchos de esos detalles, como la forma en que serán informados los países de la Commonwealth o la ropa llevará el mayordomo que anunciará la noticia a puertas del palacio de Buckingham. O cómo será trasladado el cadáver a Londres si muere en otro lugar. Todo está ya previsto, incluso la duración del luto oficial, doce días, durante el cual la emisora británica BBC evitará el humor.
Velatorio en Westminster
El pueblo podrá despedirse de la reina en Westminster, donde serán velados los restos mortales. El palacio espera colas de medio millón de personas y de varios kilómetros para despedirse de la monarca. El que quizá será el mayor funeral del mundo tendrá lugar en Westminster Abbey, al que acudirían unos 2.000 invitados, entre ellos numerosos políticos.Lo que no está previsto es la conmoción que podría provocar en el país ese suceso. Porque los británicos aman a su reina que dirige el país desde hace décadas como una roca que se mantiene firme ante todas las adversidades y que supone también un ancla de estabilidad en un momento en que Reino Unido prepara su salida de la Unión Europea (UE).Sólo en una ocasión cayó en desgracia para la población: cuando el silencio fue su reacción a la accidentada muerte de su ex nuera, la princesa Diana de Gales.
Preocupación por una gripe
¿Y cómo está ahora la reina? Ágil y cumpliendo un programa bastante amplio, siempre vestida de colores llamativos y con un bolso de mano a juego, saludando y sonriendo. Con frecuencia la acompaña el príncipe Felipe, de 95 años, al que considera su principal apoyo. Cuando la pareja sufrió un grave resfriado la Navidad pasada, todo el país se preocupó.Pero poco después la reina volvió a aparecer públicamente y al comenzar el nuevo año renunció a algunos cargos honoríficos de los varios cientos que tiene. El número uno en la sucesión del torno es el príncipe Carlos, cuya coronación está también preparada hasta el último detalle. Tiene 68 años y lleva tiempo esperando pacientemente la sucesión.
El futuro papel de Camila Parker
Muchos creen sin embargo que a Carlos, conocido por sus defensa de los derechos humanos, del medio ambiente y sus cultivos ecológicos, no le resultará tan fácil como a su madre esconder sus opiniones personales al ejercer de jefe de Estado. También se espera con intriga saber el reconocimiento que dará el pueblo a Camilla, su pareja, porque el príncipe a Lady Di engañó con ella.Muchos británicos preferirían ver en el trono a su hijo Guillermo, que se mudará el próximo verano con su mujer Catalina y sus dos hijos a Londres, entre otras cosas para liberar a su abuela de algunos de sus compromisos reales.El número dos en la sucesión al trono de 34 años ya ha experimentado lo difícil que es ser aspirante a la corona: algunos medios británicos lo calificaron de inadecuado para el torno por unas cortas vacaciones que pasó en Suiza, donde asistió a una fiesta aprés-ski. También durante su visita oficial a París, que terminó la noche del sábado, fueron señalados algunos gestos de la pareja en la ciudad del amor.Lo que está claro es que cuando Isabel II muera, su sucesor recibirá una difícil herencia. Pero aún no ha llegado ese momento, y lo que muchos se preguntan es qué sentirá la reina cuando oiga, lea o sea preguntada por los detalles para preparar su propio funeral.
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