Al menos 42 personas han muerto en Estados Unidos como consecuencia del paso del huracán Ida, que tras degradarse a tormenta tropical, ha causado estragos en la costa este del país, donde ha provocado precipitaciones sin precedentes y severas inundaciones.
De momento, 36 personas han muerto en Nueva York y Nueva Jersey por las fuertes lluvias que han caído en las últimas horas en la zona, hasta donde han llegado los efectos del ciclón que entró la semana pasada por Luisiana. Por otro lado, las autoridades de Filadelfia han confirmado que están investigando la muerte de tres personas como posiblemente relacionadas con la tormenta y en Pensilvania, las autoridades del condado de Montgomery informaron de que una de las víctimas mortales era una mujer que falleció cuando un árbol impactó sobre una casa, y agregaron que la peor parte de los daños se han producido en el sureste del estado.
Joe Biden, el presidente norteamericano, ha aprobado la declaración del estado de emergencia en Nueva York y Nueva Jersey, y ha dado orden para que los responsables locales reciban ayuda federal. "Ha caído una lluvia récord en estos estados. La Gran Manzana registró ayer más lluvia, el primer día de septiembre, que lo que normalmente registra en todo el mes", ha subrayado.
Para hacer frente a las consecuencias de Ida, el Departamento de Energía estadounidense ha anunciado que liberará 1,5 millones de barriles de petróleo de las reservas de emergencias federales, para proporcionar servicio, entre otros, a dos tercios de las gasolineras de Nueva Orleans y Baton Rouge, que se han quedado sin suministros tras el paso del huracán.
El propio Biden se desplazará este viernes hasta Luisiana para "inspeccionar los daños causados", ha indicado la secretaria de prensa de la Casa Blanca, Jen Psaki, y donde se reunirán con las autoridades para evaluar la respuesta de emergencia.
La gobernadora del estado de Nueva York, Kathy Hochul, ha declarado el estado de emergencia ante las repentinas inundaciones derivadas de Ida, mientras el alcalde de la ciudad, Bill de Blasio, también declaró la emergencia. En Central Park, la lluvia registrada ha batido el anterior récord, que databa de 1927, y varias zonas de la ciudad han quedado sumergidas bajo el agua. En declaraciones posteriores, el alcalde ha lamentado que la ciudadanía "está pasando por un infierno" tras el paso de la tormenta. Del mismo modo, ha considerado al ciclón como una "llamada de atención" y ha señalado que las autoridades han de modificar la forma de abordar "la brusquedad, la brutalidad" de las tormentas actuales.
De Blasio ha insistido en que es "una tormenta espantosa, diferente a todo lo que hayamos visto antes" y ha agradecido al personal de rescate su labor.
Los servicios de transporte han quedado prácticamente paralizados en algunas áreas del noreste estadounidense. Solo en el aeropuerto de Newark se han cancelado más de 300 vuelos, con anulaciones también masivas en el caso de los aeródromos de JFK y La Guardia. En la superpoblada urbe, prácticamente todas las líneas del metro quedaron suspendidas al ser inundadas por auténticas riadas y cascadas de agua que caían tanto por las escaleras de las estaciones como por los techos de los túneles, con espectaculares incidentes grabados por los ciudadanos que hoy circulaban por las redes sociales.
Del mismo modo, Connecticut ha declarado el estado de emergencia con el objetivo de responder a las inundaciones. El gobernador del estado, Ned Lamont, ha firmado una declaración para proporcionar a los servicios de gestión de emergencias "las herramientas necesarias para ayudar en las áreas afectadas", ha señalado en un comunicado.
Los estragos causados en Nueva York y Nueva Jersey han llevado al secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, a mostrarse "profundamente entristecido por las vidas perdidas y el daño causado por los devastadores y sin precedentes eventos climáticos".
Hacia Canadá
En su camino hacia Canadá y degradado a la categoría de ciclón postropical, se espera que Ida "finalice lentamente la amenaza de inundación" pero hay posibilidad de que genere tornados a su paso por Rhode Island y Massachusetts, de acuerdo con informaciones del Servicio Nacional de Meteorología, NWS por sus siglas en inglés.
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