Internacional

Marc Marginedas reconoce a uno de los suicidas de Bruselas como uno de sus carceleros

Según relata Marc Marginedas en el artículo 'El carcelero amable', Laachraui, que en Siria se hacía llamar Abú Idriss, "era, con diferencia, el más articulado, inteligente y reflexivo de los carceleros de habla francesa que nos custodiaron, desde octubre del 2013 hasta finales de diciembre de ese año, en una mazmorra próxima a Alepo".

Najim Laachraui, uno de los yihadistas de Estado Islámico que se inmoló el pasado 22 de marzo en el aeropuerto de Bruselas, fue uno de los carceleros del reportero español Marc Marginedas durante su secuestro en Siria entre septiembre de 2013 y marzo de 2014 por la organización terrorista. El periodista así lo reconoce en un artículo que publica El Periódico, en donde Marginedas relata su relación con Laachraui durante su cautiverio, durante el cual ocasionalmente también estuvo bajo el control de tres yihadistas británicos, entre ellos Jihadi John, autor de varias decapitaciones.

El reportero explica que, a diferencia de los tres yihadistas ingleses, el yihadista belga "no obtenía placer observando el dolor ajeno, ni infligiéndolo sin provocación previa"

Según relata Marc Marginedas en el artículo El carcelero amable, Laachraui, que en Siria se hacía llamar Abú Idriss, "era, con diferencia, el más articulado, inteligente y reflexivo de los carceleros de habla francesa que nos custodiaron, desde octubre del 2013 hasta finales de diciembre de ese año, en una mazmorra próxima a Alepo". El periodista de El Periódico indica que, poco después de ser secuestrado y mientras era trasladado encadenado a la que sería su mazmorra, entabló con Laachraui una conversación que "era casi una charla de amigos, en tono cordial, en la que casi llegamos a olvidarnos de que dos de los interlocutores éramos rehenes privados de libertad y el tercero, un carcelero que en cualquier momento podría recibir la orden de ejecutarnos", recoge Efe.

El reportero explica que, a diferencia de los tres yihadistas ingleses, el yihadista belga "no obtenía placer observando el dolor ajeno, ni infligiéndolo sin provocación previa", y que, cuando se encargaba de la intendencia, "la comida llegaba puntualmente dos veces al día", e incluso alguna vez se ofreció a calentarla. Pese a estas "atenciones", ni Marginedas ni otros rehenes occidentales que estaban con él "llegaron a dudar ni un instante de que a Abú Idriss/Najim Laachraui pudiera temblarle la mano si recibía la orden de matar".

La última ocasión en la que Marginedas vio a Laachraui fue a finales de enero de 2014, cuando le pidió unos datos familiares y la contraseña de su página de Facebook, en donde después le cambiaron su nombre por otro en árabe. De Laachraui se sospecha que, además del atentado en el aeropuerto de Bruselas, también estuvo implicado en la red que llevó a cabo los atentados de París del pasado 13 de noviembre en los que murieron 130 personas, ya que su ADN se encontró en el material explosivo utilizado en la capital francesa.

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