Internacional

El narcotráfico se pasa al trueque: pagan con hachís marroquí la ‘coca’ latinoamericana

El impacto de la pandemia y el aumento de la presión policial en el Atlántico han obligado a las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico internacional a recurrir al trueque y

El impacto de la pandemia y el aumento de la presión policial en el Atlántico han obligado a las organizaciones criminales dedicadas al narcotráfico internacional a recurrir al trueque y a abrir una nueva ruta para el transporte marítimo de sustancias ilegales. Si hasta ahora la ruta del Atlántico se utilizaba para el transporte de cocaína desde Latinoamérica hacia Europa, desde el estallido de la pandemia algunos grupos criminales han comenzado a transportar mercancías justo en dirección contraria.

Con origen en Europa y destino final en las costas de América Latina, pasando por la costa occidental africana, envían embarcaciones cargadas de hachís, droga mayoritariamente producida en Marruecos, que intercambian a coste cero por cocaína latinoamericana que después transportan a Europa, según explica Alberto Morales, inspector jefe de la Sección Cuarta de Cocaína de la UDYCO Central de la Policía Nacional.

"Lo que hemos detectado ahora es que hay embarcaciones que se están dedicando al transporte de hachís desde Europa y África hacia Latinoamérica", añade el responsable de la Sección Cuarta de la UDYCO Central. Una sección de la UDYCO especializada en la vigilancia y el seguimiento contra el transporte de droga en embarcaciones marítimas, que ha participado o colaborado en el decomiso de más de 95 toneladas de hachís, solo entre 2020 y 2021, en distintas operaciones internacionales desarrolladas junto a fuerzas de seguridad de otros países.

El pasado 18 de junio, la Policía Federal y la Armada de Brasil interceptaban en alta mar, a 300 kilómetros de la costa de la paradisiaca ciudad de Recife, un velero que transportaba un total de 4.305 kilogramos de hachís, una sustancia cuya producción se concentra sobre todo en Marruecos. Se trata del mayor cargamento de esa droga incautado en el país sudamericano. Los dos tripulantes de la embarcación eran de nacionalidades rusa y estonia, y habían zarpado inicialmente de Portugal, antes de cargar el hachís en África y poner rumbo a Brasil. En la operación, Policía Nacional, Guardia Civil y Vigilancia Aduanera contribuyeron con información.

Algunas de estas organizaciones, sobre todo europeas, están utilizando esta nueva ruta para paliar los enormes problemas de liquidez que les ha provocado la pandemia

"Las organizaciones lo que están haciendo, para aprovechar el viaje, es que mandan los barcos cargados de hachís desde África hasta Latinoamérica, donde intercambian fácilmente esa mercancía por cocaína -siempre en alta mar, no en costa- y se vuelven cargados de 'blanca' hacia Europa", indica Morales. "Ese es el sistema más novedoso que hemos encontrado desde el inicio de la pandemia con respecto a las llamadas rutas africanas", añade.

El crimen organizado cambia su 'modus operandi'

Algunas de estas organizaciones, sobre todo europeas, están utilizando esta nueva ruta para paliar los enormes problemas de liquidez que la pandemia ha provocado a los grupos delictivos que se dedican al tráfico ilegal de cocaína por vía marítima.

Los cierres de fronteras decretados por Marruecos han anulado prácticamente el transporte terrestre del hachís, unido a la imposibilidad de usar el transporte aéreo durante la pandemia y a los exhaustivos controles de contenedores en los puertos marítimos de todo el mundo durante el año 2020, ha hecho que muchas de estas organizaciones criminales detuviesen sus embarcaciones y envíos. Algo que ha mermado sus ingresos y su capacidad de disponer de liquidez, al tiempo que se han hecho con un excedente de droga.

"La pandemia ha provocado un excedente de droga, tanto en Colombia con la hoja de coca como en Marruecos con la producción de hachís", explica Morales. "El hachís en Latinoamérica se vende al mismo precio que la cocaína. Allí el kilo de cocaína equivale a un kilo de hachís, pero en Europa los precios son distintos", agrega el inspector jefe de la Sección Cuarta de Cocaína de la UDYCO Central.

Las organizaciones latinoamericanas venden en su costa la cocaína a un precio de 2.800 euros, mientras que ese mismo kilo cuando llega a Europa se venden a un mínimo de 28.000 euros el kilo.

Mandan los barcos cargados de hachís desde África hasta Latinoamérica, donde intercambian fácilmente esa mercancía por cocaína -siempre en alta mar, no en costa- y se vuelven cargados de 'blanca' hacia Europa

"Estamos hablando de muchísimo dinero. La rentabilidad es mucho mayor. De ahí que estas organizaciones asuman ahora el riesgo de una operación de esta índole", indica Alberto Morales. El inspector jefe de la Sección Cuarta de Cocaína de la UDYCO Central destaca la importancia de la cooperación internacional con las fuerzas de seguridad de otros países para seguir presionando a los grupos criminales que se dedican al transporte ilícito de droga a gran escala por vía marítima.

En este sentido, resalta el papel que se realiza desde el Centro de Análisis y Operaciones Marítimas en Materia de Narcotráfico (MAOC-N). Un organismo internacional con sede en Lisboa, creado en 2007, en el que se coordinan y comparten información las fuerzas policiales de los siete países europeos que sufren en sus costas el tráfico internacional de drogas: Portugal, España, Francia, Bélgica, Países Bajos, Irlanda y Reino Unido, y donde la DEA de Estados Unidos también cuenta con un puesto en calidad de observador.

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