Internacional

Netanyahu debate con su gabinete de guerra si contraatacar mientras la comunidad internacional pide contención

La OTAN, Estados Unidos o la Unión Europea han expresado su deseo de que el conflicto no escale, pero será el presidente israelí quien decida qué hacer tras el ataque de Irán

Benjamin Netanyahu, tras oficializarse que Irán había lanzado drones y misiles con dirección Israel, dio un contundente mensaje a la nación: "Quien quiera que nos haga daño, le haremos daño". Una intención que, como recalcó el primer ministro, no estaba sujeta a posibles víctimas mortales a consecuencia de la agresión. Mientras los iraníes pedían cesar las hostilidades tras justificar el ataque como una respuesta al bombardeo de su consulado en Damasco bajo la amenaza de una respuesta aún más contundente, la comunidad internacional comenzó a trabajar para desescalar un conflicto que podría irse de las manos.

En esa posición se encuentra la inmensa mayoría de países occidentales. Aunque todos ellos -unos más tarde que otros- han condenado el ataque iraní, la apuesta es clara: dejar las armas a un lado y resolver la crisis a través de la diplomacia. La propia OTAN ha calificado como "vital" que el conflicto "no quede fuera de control".

"Condenamos la escalada de esta noche por parte de Irán, pedimos contención y estamos supervisando de cerca los acontecimientos", ha dicho la portavoz de la Alianza, Farah Dakhlallah, en declaraciones concedidas a Europa Press.

En estos momentos, la tensión en Oriente Medio es máxima y en estos momentos, es Netanyahu quien tiene en su mano rebajar el conflicto o elevarlo hasta un nuevo nivel. El primer ministro, que ha convocado a su gabinete de guerra, tendrá que decidir si responder desde una perspectiva bélica el ataque iraní. Se espera que haga una declaración institucional para explicar su decisión.

En caso de haber respuesta, ya se conoce el posicionamiento de Irán a través de Hosein Amirabdolahian, ministro de Exteriores del país: "En estos momentos, la República Islámica de Irán no tiene intención de continuar sus operaciones defensivas, pero si fuera necesario no dudaría en proteger sus intereses legítimos ante cualquier nueva agresión". Además, el régimen de Teherán ha prometido represalias contra todos aquellos países que decidan dar un apoyo militar a Israel.

En concreto, ha recordado a Washington que si Irán es atacado, atacarán las bases estadounidenses en la región "si son utilizadas para apoyar la agresión sionista", y ha destacado que Teherán tiene como prioridad la seguridad de sus vecinos. "Irán no quiere una escalada de la tensión en la región. Irán quiere una reducción de la tensión en la región", ha subrayado Amirabdolahian.

El aviso también ha llegado a otras potencias. Irán ha convocado a los embajadores de Reino Unido, Francia y Alemania, países a los que reprocha una "postura irresponsable" por haber mostrado su apoyo incondicional a Israel. Teherán, además, sostiene que avisó a Estados Unidos de que realizaría un ataque en territorio israelí. "Se informó de que nuestra operación contra Israel sería limitada y en defensa propia".

Los norteamericanos no fueron los únicos que sabían del ataque, siempre según la versión iraní, dado que Amirabdolahian afirma que "unas 72 horas antes de nuestras operaciones informamos a nuestros amigos y vecinos de la región de que la respuesta de Irán contra Israel era segura, legítima e irrevocable".

Con el balón en el tejado de Netanyahu y con las grandes potencias aconsejándole dejar las cosas como están, queda esperar a la decisión del primer ministro israelí, una decisión que no solo afectaría a los países enfrentados, sino a todas las potencias que de un modo u otro han mostrado su posicionamiento en este conflicto.

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