Que nadie se equivoque. El principal rival de Estados Unidos en el tablero internacional no es Rusia. La Guerra Fría quedó atrás hace tiempo. Ahora el oponente número uno de Washington es China, y la guerra en Ucrania puede tener efectos colaterales en las áreas de influencia norteamericanas en territorio asiático: Taiwán y Japón. Así lo han puesto de manifiesto los investigadores del Real Instituto Elcano, think tank de influencia en el ámbito de las Relaciones Internacionales. Este mismo jueves, recién estallado el conflicto en territorio ucraniano, el Gobierno de Taiwán ha denunciado la incursión de un avión de reconocimiento y otros ocho de combate de China sobre su espacio aéreo.
El ataque unilateral de Rusia a Ucrania (acción quirúrgica, dice el presidente Putin) puede terminar desencadenando conflictos enquistados en otras zonas del globo. Luis Simón, director de la Oficina del Real Instituto Elcano en Bruselas, avisa de que hay un debate en el seno de la Administración Biden sobre cuál debe ser el orden de prioridades del Gobierno estadounidense en el panorama internacional.
"Hay un grupo en el equipo de Joe Biden que aboga por mantener a China como enemigo principal y que considera que la guerra de Ucrania es solo una distracción", ha afirmado en la mesa redonda ‘Ucrania y el futuro del orden internacional'. Este especialista señala que parte del Gobierno estadounidense teme que centrarse demasiado en Ucrania permita a China aprovechar la situación para actuar en Taiwán. En términos geopolíticos, cualquier ataque a este pequeño país asiático sería una puñalada directa a los intereses de EEUU en Asia.
"Estados Unidos tiene un interés fundamental, que es en mantener un equilibrio de poder en Europa y Asia. El desafío del auge de China es multidimensional y la arquitectura geopolítica en Asia es más frágil que en Europa. Mientras que en el continente europeo los americanos tienen bien asentadas sus bases militares, en Asia sus dos únicos puntos de influencia están en Taiwán y Japón", añade.
Por otra parte, Simón advierte que China tiene que calibrar hasta qué punto apoya a Rusia porque puede tener "consecuencias reputacionales". "No creo que a China le interese inmiscuirse directamente en este conflicto y, de hecho, el Gobierno chino ha sido muy ambiguo con sus valoraciones públicas al respecto", sentencia. En la misma línea se expresa José María Peredo, catedrático de Comunicación y Política Internacional Universidad Europea (UEM): "China está observando la situación, pero ve con gran preocupación la decisión de Putin. No hay que olvidar que China es un entramado económico muy importante, y que de repente suba el precio del gas, el petróleo y el maíz no le conviene".
"China está observando, pero ve con gran preocupación la decisión de Putin"José María Peredo, catedrático de Comunicación y Política Internacional Universidad Europea (UEM).
De hecho, el portavoz de Exteriores de Pekín, Hua Chunying, ha manifestado que hay que mantener la calma y ha defendido la vía diplomática: "China está siguiendo de cerca los últimos acontecimientos en Ucrania. Pedimos a todas las partes implicadas que mantengan la calma para evitar que la situación se salga de control".
Hace apenas 15 días, Estados Unidos ha aprobado una venta de equipos armamentísticos por valor de 100 millones de dólares a Taiwán, una buena muestra de que la superpotencia americana no pierde de vista lo que ocurre en esta región del Pacífico. Este paquete tiene como objetivo “sostener, mantener y mejorar” el sistema de defensa antimisil Patriot empleado por esta pequeña isla.
Estrategia rusa
Mientras la situación se caldea en otras áreas del globo, en Ucrania el ejército ruso ha llegado a 25 kilómetros de Kiev. A muchos nos ha sorprendido el repentino ataque ruso, pero para analistas como Mira Milosevich, profesora asociada de Russia's Foreign Policy en el Instituto de Empresa (IE), señalan que los intereses defensivos de Rusia no han variado "en los últimos 700 años".
"Ucrania es clave para la defensa de Rusia. Las dos grandes invasiones de Rusia (protagonizadas por Hitler y Napoleón) tuvieron lugar a través de Ucrania. Putin no se metería en un conflicto tan costoso si no hubiera un interés vital. Rusia en los últimos siete siglos ha subordinado todo (incluyendo la libertad de su ciudadanía) a lo que considera su seguridad nacional", explica.
Catalina la grande ya decía que 'la única manera de defender las fronteras es expandiéndolas'Mira Milosevich, profesora asociada de Russia's Foreign Policy en el Instituto de Empresa (IE).
Milosevich está segura de que el presidente ruso lo tiene todo calculado, aunque considera que se trata de un movimiento irracional: "Catalina la grande ya decía que 'la única manera de defender las fronteras es expandiéndolas'. Está claro que Ucrania no quiere atacar a Rusia, pero quieren mantener su zona neutral entre ellos y Occidente. Es una percepción irracional porque ningún país de la OTAN quiere atacar a Rusia, pero es la política militar del país desde hace siete siglos".
Peredo subraya la irracionalidad tras la actuación de Putin: "Hemos llegado al peor de los escenarios que se podía prever. El riesgo existía pero parecía que la vía diplomática podía configurar una mesa de negociación. Eso ha sido dinamitado por la decisión unilateral de Putin de intervenir en suelo ucraniano. Es una violación de la soberanía ucraniana que no tiene causa, motivo, ni justificación".
La encrucijada americana
Mientras que las relaciones del expresidente Trump con Putin eran bastante buenas, Biden llega a la Presidencia sin hablar de un reinicio de las relaciones con Rusia, algo que habían hecho todos los presidentes entrantes como apunta Carlota García Encina, investigadora principal de Estados Unidos y Relaciones Transatlánticas del Real Instituto Elcano.
"En noviembre, la escalada militar en Ucrania hace cambiar la estrategia de Biden. Vemos una gran unidad trasatlántica ante Rusia, pero la opción militar se retira de la mesa y entra en juego la disuasión por relevación". Encina se refiere a los diferentes anuncios de Biden sobre las noticias que llegaban de la Inteligencia americana de un inminente ataque ruso en Ucrania.
Biden ha eliminado la opción militar por el miedo a la escalada. "En un escenario de envío de tropas americanas, las posibilidades de que el conflicto se fuera de las manos era muy alto, de acuerdo a los cálculos del Pentágono". Otro de los aspectos que destaca la especialista es el carácter no intervencionista de Biden. "Se ha opuesto a las intervenciones militares en Afganistán, Iraq y Libia. Además, Ucrania no es parte de la OTAN, otro motivo al que agarrarse para no enviar tropas".
Simón recuerda que la existencia de una Ucrania independiente "es uno de los pilares fundamentales de la estrategia de defensa europea. Es un escudo geopolítico de la Europa del Este frente a Rusia. Si Ucrania cae en la órbita rusa, el famoso flanco este de la OTAN sería más parecido al de la Guerra Fría".
¿Qué podemos esperar? El avance ruso en Ucrania dependerá, simple y llanamente, de la voluntad de Putin. Hay un gran desnivel de fuerzas entre el Ejército ruso y el ucraniano. Según el Factbook de la CIA, Rusia cuenta con 800.000 tropas, mientras que Ucrania posee 200.000. En ambos países el servicio militar es obligatorio (en Rusia solo para los hombres). Ucrania eliminó su obligatoriedad en 2012, pero lo recuperó en 2014.
Félix Arteaga, profesor del Instituto Universitario General Gutiérrez Mellado de la Universidad Nacional de Educación a Distancia (UNED), da las claves sobre lo que cabe esperar: "Decir que no se van a mandar tropas, como ha hecho Estados Unidos y la OTAN, es un elemento de contradisuasión. A Occidente solo le queda la disuasión por castigo: proporcionar ayuda militar y humanitaria a Ucrania y sanciones económicas a Rusia. En ningún caso esto va a equilibrar la balanza militar en el terreno, que va a estar del lado de Putin".