El Papa ha advertido a los sacerdotes del peligro de "creerse más inteligentes" que el resto, lo que puede llevarles al aislamiento y a la crítica de los laicos, por lo que les ha advertido del riesgo de convertirse en "solterones" que "cotillean".
"Chismorrear es un hábito de los grupos cerrados, un hábito incluso de los sacerdotes que se convierten en solterones: van, hablan, cotillean...", ha alertado el Papa en un discurso improvisado durante una audiencia esta mañana con la comunidad sacerdotal de San Luis de los Franceses de Roma.
El pontífice ha hecho hincapié en que estas actitudes de los sacerdotes les llevan a "asilarse, criticar y hablar mal de los demás" porque se creen "más superiores y más inteligentes" que la gente no ayudan Déjalo ir. "¡Esto nos perjudica a todos! No está bien", ha señalado.
Así ha instado a los sacerdotes a tener "una participación activa y alegre" en la comunidad, desde la gratuidad. Para el Papa este es el único camino para que los sacerdotes vivan "a la luz del Evangelio" y difundan "el gusto por Dios y transmitan esperanza a los corazones inquietos".
Francisco les ha invitado "a tener siempre amplios horizontes, a soñar, a soñar con una Iglesia enteramente al servicio, un mundo más fraterno y solidario" y les ha pedido que sean "pastores con olor de ovejas" y personas "capaces de vivir, de reír y de llorar con su gente".
Y ha añadido a continuación fuera del discurso preparado: "A mí me preocupa cuando se hacen reflexiones, pensamientos sobre el sacerdocio, como si fuera una cosa de laboratorio: este sacerdote, aquel otro sacerdote... No se puede reflexionar sobre el sacerdote fuera del santo pueblo de Dios. El sacerdocio ministerial es consecuencia del sacerdocio bautismal del santo pueblo fiel de Dios. Esto, no lo olviden. Si ustedes piensan en un sacerdocio aislado del pueblo de Dios, eso no es sacerdocio católico, no; ni tampoco cristiano".
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