Internacional

Polémica con la eutanasia en Suiza tras la primera muerte usando la 'cápsula suicida'

El uso de la cápsula Sarco para el suicidio asistido en Suiza ha desatado una controversia sobre su legalidad tras la muerte de una mujer estadounidense. Varias personas han sido detenidas en relación con el caso

El debate sobre la eutanasia y el suicidio asistido ha vuelto a encenderse en Suiza tras la utilización de la polémica cápsula Sarco, un dispositivo impreso en 3D diseñado para facilitar la muerte asistida sin intervención médica.

Este dispositivo ha sido el centro de atención luego de la muerte de una mujer estadounidense de 64 años, lo que ha provocado la detención de varias personas y la apertura de una investigación por parte de las autoridades suizas.

El primer fallecimiento en la cápsula Sarco genera un debate legal

Según informa Euronews, el pasado lunes, en una cabaña forestal en Merishausen, cerca de la frontera alemana, se utilizó por primera vez la cápsula Sarco para facilitar el suicidio asistido.

Este dispositivo, diseñado para que la persona que lo utiliza se quite la vida mediante la inhalación de gas nitrógeno, había sido promovido por Exit International, una organización defensora del suicidio asistido.

La mujer fallecida, que padecía un sistema inmunológico gravemente comprometido, decidió utilizar Sarco para poner fin a su vida de manera rápida y pacífica.

Las autoridades suizas, alertadas por un bufete de abogados, tomaron cartas en el asunto, iniciando una investigación penal y deteniendo a varias personas en relación con el caso.

La Policía del cantón de Schaffhausen ha comunicado que el proceso penal gira en torno a sospechas de incitación y complicidad en el suicidio, prácticas que la ley suiza permite siempre que no haya intereses externos involucrados.

¿Es legal la 'cápsula suicida' en Suiza?

Aunque el 'suicidio' asistido o muerte asistida es legal en Suiza, las leyes son estrictas y establecen que la persona que desee poner fin a su vida debe hacerlo sin intervención directa de terceros y sin que existan motivos interesados por parte de quienes facilitan el proceso.

Es decir, que la eutanasia activa, en la que un profesional de la salud administra una inyección letal, sigue siendo ilegal en el país, a diferencia de otros como Países Bajos, Bélgica o, desde 2021, España.

La cápsula Sarco ha generado una serie de cuestionamientos legales. Según la ministra de Sanidad de Suiza, Elisabeth Baume-Schneider, el dispositivo no cumple con las regulaciones de seguridad y uso de productos químicos, lo que plantea dudas sobre su legalidad.

Además, fiscales en varias regiones de Suiza han advertido que aquellos que operen la cápsula podrían enfrentarse a procesos judiciales y condenas de hasta cinco años de prisión.

El suicidio asistido en Suiza: un vacío legal

Suiza es uno de los pocos países del mundo donde los extranjeros pueden viajar para terminar con su vida de manera legal.

A lo largo de los años, organizaciones como Dignitas y Exit International han ofrecido este servicio a personas con enfermedades terminales o condiciones médicas graves que buscan una salida digna.

No obstante, algunos legisladores suizos consideran que el marco legal actual es ambiguo y necesita una mayor regulación para evitar abusos.

El Dr. Philip Nitschke, fundador de Exit International y creador de la cápsula Sarco, ha defendido su uso argumentando que desmedicaliza la muerte, permitiendo que las personas decidan cuándo y cómo morir sin la intervención de un profesional médico.

Según Nitschke, Sarco ha sido diseñado para ser completamente autónomo y no infringe ninguna normativa suiza sobre productos médicos o químicos.

En un comunicado, afirmó que la cápsula "funcionó exactamente como estaba previsto, proporcionando una muerte rápida y pacífica".

La ética detrás de la cápsula Sarco

El uso de la cápsula Sarco ha despertado críticas no solo por su implicación legal, sino también por las cuestiones éticas que plantea.

En una sociedad mayoritariamente influenciada por tradiciones cristianas, el suicidio asistido y la eutanasia siguen siendo temas altamente controvertidos.

Sin embargo, Suiza, al igual que otros países con una fuerte influencia luterana o más secular, ha adoptado una postura más flexible frente al derecho a morir, permitiendo que las personas tomen decisiones sobre su propia vida sin la intervención de terceros.

Este enfoque choca con las posiciones más conservadoras en países de influencia católica, donde la vida es considerada sagrada desde su inicio hasta su fin natural.

En contraste, en Suiza, donde las creencias religiosas no son tan dominantes en el ámbito político, se han establecido estructuras legales que permiten la autodeterminación de las personas en temas tan delicados como el final de la vida.

El futuro de la cápsula suicida y la legislación en Suiza

El caso de la cápsula Sarco pone de manifiesto la necesidad de un debate profundo sobre los límites y condiciones del suicidio asistido en Suiza.

Aunque este país ha sido un referente en el ámbito de la muerte digna, los recientes acontecimientos podrían abrir la puerta a reformas legales que regulen más estrictamente dispositivos como Sarco.

La cápsula, que hasta ahora ha sido utilizada por una única persona, está siendo vigilada de cerca por las autoridades, y es posible que las investigaciones judiciales en curso den lugar a nuevos cambios en la legislación suiza.

Mientras tanto, el debate sobre la legalidad y moralidad de este tipo de dispositivos continúa, y es probable que la controversia siga resonando tanto en Suiza como en el resto del mundo.

En conclusión, la utilización de la cápsula suicida Sarco ha generado una polémica significativa en Suiza, un país donde el suicidio asistido es legal, pero la eutanasia activa sigue prohibida.

Como decimos, las autoridades suizas han detenido a varias personas en relación con la muerte de una mujer estadounidense, lo que ha llevado a cuestionar la legalidad de este dispositivo impreso en 3D.

Aunque el creador de Sarco, el Dr. Philip Nitschke, defiende su uso, la ministra de Sanidad suiza ha sugerido que el dispositivo no cumple con las normativas de seguridad y uso de productos químicos, lo que podría desencadenar cambios legislativos en el futuro cercano.

Mientras tanto, el debate ético sobre el derecho a morir sigue latente.

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