Internacional

Los conservadores ganan en Portugal sin alcanzar la mayoría absoluta

El gobierno de Pedro Passos Coelho recorta sus apoyos con respecto a 2011, pero sigue venciendo con amplitud. Una hipotética coalición de izquierdas podría desbancarle del gobierno, pero no será sencillo el acuerdo entre los socialistas, los comunistas y el Bloco de Esquerda. 

Los portugueses dieron hoy la victoria en las urnas a la coalición liderada por el actual primer ministro, el conservador Pedro Passos Coelho, pero le retiraron la mayoría absoluta con la que contaba la pasada legislatura, lo que abre interrogantes sobre la gobernabilidad del país. Con casi el 100% del voto escrutado, la alianza entre socialdemócratas y democristianos obtiene cerca de un 39% de los votos, frente al 32% de su principal rival, el aspirante socialista António Costa, quien, a pesar del duro revés, anunció que no dimitirá.

Los resultados suponen un triunfo inequívoco para Passos Coelho, que hace apenas unas semanas figuraba por detrás de su contrincante en todas las encuestas, aunque a medida que avanzó el escrutinio su ventaja se fue reduciendo y le alejó de la posibilidad de reeditar la mayoría absoluta. De esta forma, la coalición que lidera Passos Coelho y Paulo Portas no llegará a los 116 diputados que necesitan para poder dominar el Parlamento, por lo que necesitará la colaboración del Partido Socialista (PS) de Costa para poder aprobar leyes tan importantes como los Presupuestos Generales del Estado.

El líder conservador luso logró el triunfo tras una legislatura marcada por las severas medidas de austeridad aprobadas por su Gobierno a instancias de la Troika, como contrapartida por el rescate internacional que le concedieron la UE y el Fondo Monetario Internacional en 2011. La pérdida de apoyos de la coalición que lidera fue evidente, ya que en la cita electoral de 2011 -a la que concurrieron con listas separadas, al contrario que en esta ocasión- ambos sumaron casi el 50 % de los sufragios.

También fue significativa la elevada tasa de abstención, que alcanzó el 43%, marcando un nuevo récord. Los sondeos a pie de urna ya apuntaban a un resultado similar al que se desprende del cómputo de las papeletas, ya que daban a Passos Coelho entre el 36,4% y el 43% de los apoyos y a António Costa entre el 29,5 y 35 % de los votos. Una de las notas más destacadas de estos comicios fue el ascenso del marxista Bloque de Izquierda, que a falta de completar el escrutinio adelantaba al Partido Comunista (cerca del 8 % de los votos), y se convertía en la tercera fuerza más votada, con aproximadamente el 10 % de los sufragios.

Los datos conocidos hasta el momento generan incertidumbre sobre el próximo Gobierno de Portugal, y especialmente sobre su estabilidad. Teóricamente, un tripartito entre el Partido Socialista (PS), el Bloque de Izquierda (formación hermanada con Podemos y Syriza en el Parlamento Europeo) y el Partido Comunista Portugués tendría más diputados que la coalición conservadora, aunque a priori ese acuerdo se antoje improbable. La hipótesis más factible sería un Gobierno en minoría encabezado por Passos Coelho, aunque el último antecedente de un caso similar dejó un ingrato recuerdo en el país.

Fue entre 2009 y 2011, cuando el entonces primer ministro socialista, José Sócrates, acabó dimitiendo tras perder el apoyo que puntualmente le prestó el partido de Passos Coelho. La decisión, en cualquier caso, corresponderá al jefe del Estado, el conservador Aníbal Cavaco Silva, quien mostró desde hace meses su predilección por poder dar posesión a un Gobierno con mayoría absoluta en el Parlamento. El presidente ya anunció que mañana, lunes, no participará en los actos de celebración del Día de la República, como es habitual, para poder reflexionar sobre el resultado de los comicios.

De hecho, en Portugal incluso se llegó a especular en el pasado sobre la posibilidad de que el presidente inste a conservadores y socialistas a formar un Ejecutivo de concentración. La jornada electoral, a la que estaban llamados más de 9,6 millones de portugueses, transcurrió con normalidad, y entre sus protagonistas se colaron el ex primer ministro José Sócrates y el antiguo presidente del Banco Espírito Santo, Ricardo Salgado, quienes ejercieron en persona su derecho a voto, pese a encontrarse en prisión provisional por estar vinculados a casos de corrupción. es.

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