La heredera al trono de Países Bajos, la princesa Amalia permanece recluida en la casa de sus padres, Guillermo Alejandro y Máxima, en La Haya, ante los temores de un posible ataque o secuestro, después de que su nombre apareciera en unas conversaciones interceptadas a personas relacionadas con el crimen organizado.
"No ha salido de casa", confirmó el jueves la reina Máxima a la prensa durante una visita oficial a Suecia. "Eso tiene enormes consecuencias para su vida (...) no vive en Ámsterdam y no puede salir. No es una vida de estudiante como las de los otros estudiantes", ha contado, informa el portal Dutch News.
Amalia, de 18 años, tenía previsto vivir en una residencia para estudiantes de Ámsterdam, en donde asiste a la universidad para cursar estudios de política, psicología, derecho y economía.
El pasado mes el diario neerlandés 'De Telegraaf' informó de que el equipo de seguridad de la princesa se había reforzado, después de que su nombre, así como el del primer ministro, Mark Rutte, aparecieran en unas conversaciones interceptadas a varias personas que supuestamente estarían relacionadas con el hampa.
El propio rey Guillermo Alejandro ha reconocido que es "muy difícil" poder describir lo que significa para él como padre que existan amenazas sobre su hija.
Por su parte, Rutte ha calificado como "noticia terrible" que la princesa Amalia no pueda abandonar su domicilio por temor a una posible amenaza, pero confía en que el trabajo que están llevando a cabo las autoridades revierta esta situación. "Están haciendo todo lo posible para asegurarse de que esté a salvo", ha dicho.
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