"El hombre más perseguido del mundo, con 86 procesos y más de 4.000 vistas". Esta frase de su hija Bárbara describe a la perfección la relación que ha tenido Silvio Berlusconi con la justicia desde el inicio de su carrera. El magnate italiano que llegó a controlarlo todo, el poder político y mediático, ha protagonizado una vida repleta de triunfos al igual que de escándalos.
Antes de saltar al mundo de la política, un joven treintañero milanés se aventuraba en el mundo de los negocios. Primero probó suerte en el jugoso mundo inmobiliario donde empezó como agente y acabó fundando varias sociedades, hasta que en los años 70 se sumergió en el mundo de la comunicación con la compra de Telemilano. Fue en esta época cuando vivió sus primeros encontronazos con la justicia y tuvo que hacer frente a acusaciones de evasión fiscal en relación a algunas empresas del grupo Milano 2.
El empresario italiano logró salir sin problemas de aquello y encontró los medios necesarios para dar su gran salto a la política. En 1994, llegó al Palazzo Chigi tras el éxito de su Forza Italia en las elecciones y, desde entonces, Europa sería testigo de la instauración en el poder de uno de los caballeros políticos más poderosos en la Italia del siglo XXI.
Ese mismo año empieza la verdadera batalla judicial contra Berlusconi, una guerra legal que le acompañará el resto de su carrera. El grupo Manos Limpias inicia una investigación sobre el entonces primer ministro en la que se le acusa de sobornar a agentes de la Guardia di Finanza que habían realizado auditorías fiscales a cuatro empresas de su grupo empresarial. Cuatro años más tarde, 'Il Cavaliere' fue condenado a dos años y nueve meses en primera instancia. Finalmente, el caso quedo prescrito tras una apelación en 2000 y fue absuelto definitivamente un año después.
Sobornos y evasión fiscal
Tras su primera legislatura (1994-1995), Berlusconi fue acusado de haber financiado ilegalmente el Partido Socialista Italiano entre 1991 y 1992 a través de la sociedad off-shore All Iberian. A pesar de ser condenado a dos años y cuatro meses, el natural de Milán volvió a rehuir de la justicia siendo anbsuelto en el año 2000.
También fue acusado de sobornar al abogado británico David Mills para que cubriera sus huellas en la investigación por los sobornos de Gdf y All Iberian. Pero una vez más la posición de Berlusconi volvía a librarle de la cárcel y es que gracias al Lodo Alfano, una norma que admite la suspensión de los juicios a los cuatro más altos cargos del Estado (en ese momento 'Il Cavaliere' lideraba su segundo gobierno), consiguió la paralización temporal del juicio.
Las estrategias del magnate italiano para eludir el peso de la ley adquirieron un nuevo nivel cuando Berlusconi consiguió despenalizar la falsedad contable desde su Gobierno. Los expertos apuntan que el entonces primer ministro utilizó su posición como hombre de Estado para librarse de una causa abierta por el uso de sociedades extranjeras del grupo Fininvest para eludir que regularizaba el sistema televisivo en Italia, así como para gestionar 1,5 millones de liras para pagar extras a deportistas que formaban parte del imperio de Il Cavaliere.
También destacan los juicios por pagar a jueces para apuntalar la venta del SME y la adquisición irregular de la editorial Mondadori, por los que tampoco fue condenado.
'Mediaset' y las acusaciones por prostitución infantil
A pesar de que el ex primer ministro salía indemne una y otra vez de sus citas ante la justicia, las informaciones sobre escandalosas fiestas con chicas de corta edad fueron minando su popularidad cada vez más. La imagen de 'Il Cavaliere' acabó estallando en mil pedazos cuando se le relacionó con la prostitución infantil y por mantener relaciones sexuales con una joven de 17 años. El caso 'Ruby Primero' sentó a Berlusconi en el banquillo acusado de prostitución infantil y extorsión. El juez le condenó a siete años de prisión, pero finalmente fue absuelto en apelación.
Tras años de lucha político-judicial, el 1 de agosto de 2013 llegó su primera y única condena definitiva, la del 'Caso Mediaset', acusado de fraude fiscal y que le valió la pena en firme de un año de cárcel que cumplió con trabajos para la comunidad en un geriátrico.
Lazos con la mafia
El dueño de Mediaset fue investigado junto a Marcello Dell'Utri, su colaborador más leal, en las pesquisas sobre los presuntos instigadores externos de las matanzas mafiosas de 1992 y 1993 por sus supuestos contactos con la familia Graviano. Detrás de los movimientos de ex primer ministro estaba Vittorio Mangano, un mafioso contratado por el milanés en los años 70 como operario en Aroce. Berlusconi siempre defendió que por entonces nadie sospechaba que Mangano estuviera vinculado con la mafia.
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