El pasado 16 de abril era aprobada en Reino Unido la prohibición de venta de tabaco de por vida a los nacidos a partir de 2009. Esta idea casi fue llevada a cabo hace unos años por Nueva Zelanda, pero las presiones políticas impidieron que terminase de ver la luz verde. A pesar de que el gobierno de Rishi Sunak sea el único en realizar una medida tan drástica, las restricciones antitabaco se han hecho cada vez más duras en todo el mundo.
Según el último informe de Smoking Free Partnership -referente a 2022-, el 50% de los países europeos tienen medidas estrictas frente al consumo de tabaco. Reino Unido e Irlanda son algunos de los más restrictivos. De acuerdo con el estudio, la medida más severa que comparten las regiones europeas es el consumo en bares y restaurantes, espacios cerrados y centros educativos (56%). En la otra cara de la moneda, parques, playas y terrazas son los lugares con menos restricciones.
Limitar los espacios donde está permitido fumar no es la única propuesta antitabaco que se ha llevado a cabo en Europa. En Bélgica se han propuesto reducir el consumo al 10% para 2028 y un 5% para 2040. Para ello, el gobierno belga negará la venta de tabaco y sucedáneos en supermercados de más de 400 metros cuadrados, ferias y festivales. En esta línea, los establecimientos que sí puedan comerciar con productos de esta planta no deberán tenerlos expuestos.
En Francia han decidido elevar el precio de las cajetillas a los 12 euros -medida que entrará en vigor el próximo año-. El ejecutivo galo ha incluido en su plan antitabaco también prohibir cerca de escuelas y zonas verdes de propiedad pública. Movimientos parecidos ha seguido Portugal. El objetivo común es conseguir una generación libre de humos y que la salud de la población mejore.
Metas parecidas se propusieron en Estados Unidos con la Ley Seca, aunque no las consiguieran. Durante casi catorce años (del 17 de enero de 1920 al 5 de diciembre de 1933) estuvo prohibido en el país norteamericano la venta, consumo y producción de bebidas alcohólicas con más de 0,5 grados. Descrito por el presidente Herbert Hoover como "un gran experimento social y económico" buscaba reducir el consumo de alcohol entre los estadounidenses así como la violencia de las calles. No obstante, los resultados fueron los opuestos a los esperados.
De acuerdo con diversos estudios, la población estadounidense consumía una tasa de alcohol superior a la que bebían antes de la Ley Seca. Además, aunque sí es cierto que se redujo el número de intoxicaciones etílicas, hubo varias víctimas de la lucha de mafias por hacerse con el control del mercado ilegal, así como los muertos y lesionados por ingerir alcoholes mal destilados.
Pareciera que los planes antitabaco que llevan actualmente los países alrededor del globo han tomado nota de los errores de la Ley Seca y para conseguir ese futuro "libre de humos" las medidas están siendo aprobadas y entrando en vigor poco a poco. De esta manera, la sociedad se acostumbra poco a poco al nuevo estilo de vida que buscan promover los gobiernos. Esta es una de las razones por las que muchas marcas tabacaleras empezaron apostar hace unos años por alternativas como el tabaco calentado o los vapeadores, aunque los gobiernos están comenzando a actuar para reducir y restringir su consumo.
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